Una nueva expresión se ha tomado con fuerza las conversaciones, los recreos y las redes sociales entre niños, adolescentes y jóvenes: el “6-7” o “six seven”. Aunque para muchos adultos el fenómeno resulta confuso o incluso incómodo, la frase se ha consolidado como uno de los memes más populares del último año, al punto de ser reconocida como expresión del año por dictionary.com y analizada por medios internacionales como The New York Times, The Guardian y The Times.
La particularidad del “six seven” es que, en apariencia, no significa nada concreto. Suele ir acompañado de un gesto con las manos, subiéndolas y bajándolas, como quien duda entre dos opciones. Esa ambigüedad, precisamente, parece ser la clave de su éxito, pues no tiene un mensaje claro, no responde a una lógica evidente y funciona como una broma interna que solo quienes están inmersos en la tendencia parecen entender.
Un origen ligado a la cultura digital y el deporte
Aunque no existe una versión definitiva sobre su origen, la explicación más aceptada apunta a dos momentos específicos ocurridos en Estados Unidos. En diciembre de 2024, el rapero Skrilla lanzó la canción Doot Doot (6 7), que introdujo la expresión en el entorno musical. Semanas después, el joven jugador de baloncesto Taylen Kinney, perteneciente a una liga juvenil de alto nivel, respondió “six seven” cuando le pidieron calificar una bebida en un video de TikTok, haciendo el gesto que luego se volvió icónico.
La reacción espontánea de Kinney se viralizó rápidamente y comenzó a repetirse en entrevistas, partidos y redes sociales. En cuestión de semanas, la expresión se convirtió en un código compartido entre niños y adolescentes, especialmente en contextos deportivos.
De meme local a fenómeno global
La expansión definitiva del “six seven” llegó con un video viral publicado en marzo de 2025, conocido como Six seven kid, que acumuló millones de reproducciones. A partir de allí, el gesto y la expresión trascendieron el baloncesto y se difundieron en escuelas, plataformas digitales y contenidos de entretenimiento en distintos países.
Impacto en aulas y hogares
Uno de los sectores más impactados por la tendencia ha sido el educativo. Docentes de distintos países han reportado el uso constante del “six seven” en clase, lo que ha generado reacciones divididas, pues algunos profesores han optado por incorporarlo de manera lúdica, mientras que otros centros educativos han decidido restringirlo por considerarlo disruptivo.
El fenómeno también ha dejado en evidencia la brecha generacional. Incluso creadores de contenido influyentes, como el streamer español IlloJuan, han reconocido públicamente no entender la broma.
Así, el “six seven” se consolida como un símbolo de la cultura digital contemporánea, por absurdo, viral y profundamente generacional, capaz de provocar risas entre los más jóvenes y desconcierto entre quienes observan desde fuera.



