Los rumores sobre una fractura en la relación entre el presidente Gustavo Petro y la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Laura Sarabia, han tomado fuerza en los últimos días.
Aunque Sarabia ha sido una de las figuras más cercanas al mandatario desde el inicio de su gobierno, las tensiones internas y las críticas provenientes de sectores del gabinete, especialmente del ala de izquierda liderada por Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP), estarían marcando el inicio de su declive político.
Desde su llegada al Dapre, Sarabia ha estado envuelta en controversias, como el escándalo de la interceptación ilegal de su exniñera, Marelbys Meza, y su presunta interferencia en decisiones clave del gobierno, como la remoción de Luis Carlos Leal como superintendente de Salud.
Sin embargo, su influencia nunca pareció estar en duda hasta ahora, cuando su protagonismo comienza a ser señalado como uno de los motivos de descontento dentro del gabinete.
Fuentes del alto gobierno aseguran que su relación con Petro ha sufrido un deterioro significativo. Durante la COP16 en Cali, el presidente habría dejado en evidencia su molestia al abandonar una reunión del Consejo de Ministros, dejando a Sarabia sola en el encuentro.
Además, Rodríguez, un viejo aliado político de Petro y exguerrillero del M-19, ha ganado terreno como una figura clave dentro del círculo cercano del mandatario, acompañándolo de manera constante durante el evento, en un rol que excede sus funciones en la UNP.
¿Un cambio de rol para Sarabia?
Ante el panorama actual, se especula que Sarabia podría ser relegada a un cargo de menor perfil dentro del gobierno, alejándola del centro del poder presidencial. Aunque ella ha negado cualquier ruptura con Petro, las señales indican lo contrario.
Sin embargo, la creciente oposición desde la izquierda del gabinete, liderada por Rodríguez, y las críticas por lo que se describe como “una atribución excesiva de funciones” han alimentado las especulaciones sobre su posible salida.
El posible distanciamiento entre Sarabia y Petro coincide con rumores sobre un remezón ministerial hacia finales de año. Entre los nombres que podrían enfrentar cambios se encuentran Andrés Camacho, Susana Muhamad y el canciller Luis Gilberto Murillo.
Mientras tanto, Sarabia continúa trabajando en temas clave de la agenda gubernamental, como el acuerdo nacional y el pacto por el crédito con los bancos privados. Sin embargo, su posición parece estar cada vez más amenazada, no solo por sus detractores internos, sino también por el aparente respaldo que Rodríguez ha ganado en los últimos días.
El futuro de Sarabia en el gobierno de Petro podría definirse en los próximos meses, en medio de un entorno político marcado por tensiones, egos y luchas internas por el control de las riendas del poder.
