El Icetex, una institución clave para el acceso a la educación superior en Colombia, ha sido el motor detrás de miles de historias de superación. Entre 2010 y 2023, esta entidad ha otorgado más de 729.000 nuevos créditos educativos, con un valor superior a los $3,72 billones de pesos, beneficiando principalmente a estudiantes de estratos 1, 2 y 3. Sin embargo, el debate sobre su rol y el futuro de la educación en el país ha resurgido, especialmente en medio de las tensiones por la posibilidad de mayores intervenciones estatales en la entidad.
La educación privada: una vía hacia la empleabilidad
En Colombia, el 62% de los profesionales provienen de instituciones privadas, y en 2022, el 69% de los estudiantes de estratos bajos (1 y 2) que presentaron las pruebas Saber Pro pertenecían a estas universidades. Este panorama refleja la importancia de las instituciones privadas para quienes buscan una formación con menos interrupciones académicas, como paros, y mayores índices de empleabilidad. De hecho, solo 3 de las 15 universidades con mayor empleabilidad en el país son públicas.
El Icetex ha sido un aliado estratégico para que miles de jóvenes puedan acceder a estas instituciones. Las tasas de interés que ofrece, de entre 3 y 10 puntos porcentuales por debajo de las de los bancos comerciales, han permitido que más estudiantes puedan financiar sus carreras sin enfrentar una carga financiera insostenible.
Una herramienta contra la deserción y la pobreza
El impacto del Icetex es indiscutible: el 92% de sus beneficiarios pertenecen a los estratos más vulnerables, y el 56% son mujeres, lo que refuerza su papel en la promoción de la equidad educativa. Además, la entidad ha condonado más de medio billón de pesos a través de sus programas de becas, un alivio directo para quienes enfrentan mayores dificultades económicas.
Sin embargo, la estabilidad del Icetex y su modelo de financiación educativa ha estado bajo la lupa. Críticos del gobierno actual han señalado que un enfoque hacia la estatización total podría poner en riesgo su funcionamiento, cuestionando si se perderían los beneficios diferenciadores que ofrece en comparación con otros sistemas de crédito estudiantil.
El debate: ¿estatizar o fortalecer?
Una publicación en redes sociales de la senadora Paloma Valencia, quien cuestiona las intenciones del gobierno de estatizar entidades como el Icetex, ha avivado el debate. “¿Por qué el gobierno se empeña en estatizarlo todo?”, se preguntó, destacando los logros y beneficios actuales del Icetex.
El punto central del debate radica en si el Icetex debe mantenerse como una entidad que funciona bajo un esquema híbrido, permitiendo acceso a la educación privada con tasas competitivas, o si un modelo completamente estatal sería más efectivo para garantizar la educación superior.
El desafío de avanzar
El Icetex sigue siendo una herramienta clave para miles de colombianos que ven en la educación superior privada una oportunidad de progreso. Sin embargo, la discusión sobre su futuro no solo involucra su modelo financiero, sino también cómo puede seguir adaptándose para reducir la brecha educativa en el país.
Mientras tanto, el llamado de muchos es claro: fortalecer al Icetex como un pilar de acceso equitativo y eficiente, en lugar de transformarlo de manera que pueda perder su esencia y los beneficios que ha demostrado brindar durante décadas.