Mediante videos cortos y un seguimiento constante a las políticas del Gobierno Nacional, el líder político Juan Pablo Ramírez Galindo ha consolidado una influyente comunidad digital en el centro del país. Sus publicaciones, enfocadas en lo que denomina la “estrategia de generación del caos” del presidente Gustavo Petro, acumulan cientos de miles de visualizaciones y lo han posicionado como una de las voces de fiscalización más activas dentro de la oposición.
Juan Pablo Ramírez, quien ha desarrollado su trayectoria en el Centro Democrático, utiliza sus plataformas —principalmente Instagram y Facebook— para analizar la coyuntura nacional, resaltando las consecuencias de las decisiones del Ejecutivo sobre la economía, la seguridad y la estabilidad institucional del país.
Esta presencia digital, que ha ganado fuerza en Cundinamarca, se complementa con su trabajo de articulación política en el departamento. A diferencia de otros liderazgos locales, la estructura de Ramírez se ha expandido más allá de Chía, consolidando apoyos en municipios estratégicos de la Sabana y otras provincias, donde su discurso conecta con sectores que reclaman liderazgo y gestión territorial.
A la par de su papel de fiscalizador, Ramírez se ha convertido en una voz constante en defensa del legado del expresidente Álvaro Uribe Vélez, figura que representa el fundamento de su línea política. Esta posición le ha permitido generar respaldo en sectores empresariales y electorales no solo en Cundinamarca, sino también en Medellín, ciudad donde su trabajo comienza a ganar reconocimiento.
La agenda regional como eje
Más allá de su papel como crítico del gobierno nacional, la agenda de Ramírez se enfoca en los desafíos estructurales de Cundinamarca. Sus propuestas giran en torno a tres ejes: ordenamiento territorial, movilidad y vivienda, temas que considera prioritarios para el desarrollo del departamento.
Según sus análisis, la falta de articulación entre Bogotá y los municipios de la Sabana ha intensificado la crisis de transporte y el crecimiento urbano descontrolado. Por ello, insiste en la necesidad de diseñar soluciones de infraestructura que entiendan la Sabana como una región integrada, y no simplemente como una extensión de la capital.
Su enfoque, que combina la crítica argumentada al gobierno de Petro con una estructura política regional y una agenda programática para la Sabana, busca consolidarlo como una figura sólida y de referencia dentro de la oposición en Cundinamarca, con un discurso centrado en la fiscalización y la gestión territorial.




