El Deportivo Independiente Medellín viajó a Bucaramanga con una nómina alterna, no por capricho de Restrepo, sino por la realidad del club que presenta varios jugadores lesionados y otros expulsados. Por su parte, Bucaramanga tenía la tarea de sacudirse del duro revés en Copa Libertadores donde fue apabullado 0-4 de local ante Racing.
Desde el inicio se vio un Bucaramanga con más intensidad, a sabiendas de que a pesar de necesitar un milagro, matemáticamente seguía vivo en la Liga. Los tres puntos frente al DIM, representaban esa ilusión de llegar a 23 y soñar con sumar los seis restantes para con 29 esperar el cruce de otros resultados. Y esa primera anotación la encontró al minuto 35, luego de una seguidilla de pases combinada con pared y taco que finalizó Londoño. Fue el 1-0 que ponía a soñar a la ciudad bonita.
Medellín por más que quiso intentar, ni el colectivo y mucho menos las individualidades fueron su mejor aliado. En tiempo ya de reposición y con un equipo rojo jugado, en una contra los locales sellarían el 2-0 definitivo. Derrota poderosa que aplazó nuevamente la clasificación del rojo.
Los dirigidos por Restrepo tienen ahora 9 puntos en juego, 6 de ellos de local, ante Tolima y Pereira, y un tercer juego, el último en Cali, frente al América. En teoría, una tarea no complicada, pues una sola victoria de local, o un empate, lo dejaría tranquilo y con un tiquete asegurado en la fiesta de los ocho, eso sí, pero hay que sumar.
