Nueve partidos de oposición e independientes anunciaron el pasado lunes que se declaran en sesión permanente en el Senado de la República. La decisión implica suspender cualquier discusión o trámite legislativo en esa Corporación, como acto de solidaridad con el senador Miguel Uribe Turbay y en exigencia de garantías plenas de seguridad para todos los actores políticos del país.
Según explicaron los voceros de las colectividades, se trata de una medida simbólica que busca visibilizar la urgencia de fortalecer las condiciones de seguridad tras el atentado sufrido por Uribe, actual senador del Centro Democrático y precandidato presidencial.
En paralelo, la Cámara de Representantes adoptó un ajuste institucional. Su presidente, Jaime Raúl Salamanca, anunció que, aunque las sesiones no se suspenden, se dejarán de lado de forma temporal los debates y discusiones de proyectos de ley, dando prioridad a gestos de unidad y reflexión. A lo largo de la semana se realizarán actos simbólicos en el Capitolio, en el marco de un llamado a la reconciliación nacional.
Por su parte, el presidente del Senado, Efraín Cepeda, informó que la plenaria solo se abrirá para intervenciones del Centro Democrático relacionadas con el caso Uribe. En el recinto, la curul del senador fue adornada con la bandera nacional, una vela y un mensaje de fortaleza.
La suspensión de sesiones en el Congreso congela el avance de la reforma laboral y otras iniciativas clave, en medio de la presión por aprobarlas antes del cierre de la legislatura el 20 de junio, o sea, en tan solo 11 días.
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