La fiesta del ascenso a la Primera División del fútbol colombiano se vio empañada por una polémica que ha sacudido los cimientos de la Liga de Ascenso. La clasificación de Llaneros FC a la máxima categoría ha generado un gran revuelo, debido a una serie de irregularidades en el reglamento que han dejado perplejos a equipos, jugadores y aficionados.
El equipo llanero, que había perdido el partido de ida de la final ante Unión Magdalena, logró imponerse en el encuentro de vuelta por la mínima diferencia. Con este resultado, la serie se definió desde el punto penal, donde los ‘bananeros’ se llevaron la victoria y el título de campeón absoluto. Sin embargo, Llaneros FC consiguió el ascenso a la Primera A por ser primero en la reclasificación y campeón del segundo semestre.
Esta situación se debe a un cambio de reglamento realizado a mitad de temporada por la Dimayor, que generó una gran confusión y abrió la puerta a múltiples interpretaciones. Según el reglamento original, el segundo clasificado de la reclasificación tenía asegurado un cupo en el repechaje para ascender. En este caso, ese equipo era Real Cartagena, que había manifestado públicamente su derecho a disputar este encuentro.
Sin embargo, la Dimayor estableció un nuevo criterio que permitía que ambos finalistas ascendieran directamente, siempre y cuando ninguno de los dos equipos hubiera asegurado previamente su cupo a través de la reclasificación. Esta modificación generó un escenario en el que Llaneros FC, a pesar de perder la final, podía ascender si Unión Magdalena se coronaba campeón absoluto.
La forma en que Llaneros ejecutó los penales, enviando los balones a las nubes, ha avivado las sospechas sobre un posible arreglo. Muchos aficionados y expertos han cuestionado la actitud de los jugadores llaneros, quienes parecían más interesados en evitar la victoria que en conseguirla. Esta situación ha generado un ambiente de desconfianza y ha puesto en duda la transparencia del proceso.
La Dimayor se encuentra en el ojo del huracán, acusada de actuar de manera arbitraria y de generar una gran incertidumbre en la Liga de Ascenso. La falta de claridad en los reglamentos y la constante modificación de las normas han minado la credibilidad de la institución y han generado un profundo malestar entre los equipos y los aficionados.
La imagen del fútbol colombiano está en juego, y es necesario que se tomen medidas para evitar que situaciones como esta se vuelvan a repetir.