El Área Metropolitana del Valle de Aburrá, en colaboración con la Universidad de San Buenaventura, ha puesto en marcha un ciclo de formación para fortalecer las capacidades de gestión del ruido en la región. Participan en esta capacitación 30 servidores públicos de Secretarías de Seguridad, Gobierno, Salud y Medio Ambiente de los nueve municipios que componen el área metropolitana, incluido el Distrito de Medellín.
Temas clave de la formación
La capacitación incluye módulos en técnicas de medición del ruido, gestión acústica mediante tecnología, y normativas vigentes sobre contaminación sonora. También se aborda la zonificación acústica como herramienta de planificación territorial, permitiendo a los municipios aplicar políticas preventivas y más eficaces en sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT).
Diana Catalina Hoyos, de la Subdirección Ambiental, subrayó el compromiso del Área Metropolitana para proporcionar herramientas como los mapas de ruido y la red de monitoreo a los municipios, con el fin de optimizar la gestión de esta problemática en cada jurisdicción.
“El Área Metropolitana dentro de sus competencias apoya y acompaña a los
municipios para lograr que se gestione de manera efectiva el ruido en cada
jurisdicción, queremos que hagan uso de todas las herramientas como los
mapas de ruido, los resultados de la red de monitoreo y demás aplicativos que
hemos creado, para una gestión más efectiva de la contaminación acústica en
sus territorios”, puntualizó Diana Catalina Hoyos, profesional de la Subdirección
Ambiental.
Tecnologías de monitoreo y principales fuentes de ruido
El monitoreo ambiental en la región cuenta con el respaldo del proyecto SIATA (Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá), el cual opera una red de sonómetros y sensores de bajo costo para rastrear niveles de ruido. En total, se han instalado 8 sonómetros oficiales y 300 sensores adicionales, permitiendo un control constante de la contaminación acústica. Los datos revelan que el tráfico –incluyendo vehículos, metro y aviones– es la principal fuente de ruido, seguido por las actividades industriales en la zona.
Esta formación busca no solo mejorar la capacidad de los funcionarios para medir y gestionar el ruido, sino también integrarlo en la planificación urbana y así reducir la contaminación acústica de forma alineada con las necesidades específicas de cada municipio en el Valle de Aburrá.