El 2024 de Gustavo Petro estuvo marcado por tropiezos, declaraciones controvertidas y decisiones que, más allá de generar sorpresa, consolidaron un estilo de gobierno lleno de excusas y confrontación. A continuación, un repaso por sus momentos más cuestionados.
La impuntualidad fue una constante, generando retrasos y ausencias en eventos clave a nivel nacional e internacional. Con excusas como “No sabía que la reunión era tan temprano”, Petro quedó por fuera de las fotos oficiales en cumbres internacionales, y afectó la representación del país ante otros líderes mundiales.
Las excusas para no asistir a eventos oficiales incluyeron problemas de salud, como una supuesta “intoxicación” o molestias en su rodilla, una narrativa repetida desde años anteriores.
El Presidente dedicó buena parte del año a denunciar complots en su contra, afirmando que según él hay planes para asesinarlo y que él tiene información sobre quién adquirió las armas y quién financió el complot. Estas acusaciones estuvieron acompañadas de menciones constantes a intentos de «golpes de Estado» que, según él, eran promovidos por el “uribismo” y otras fuerzas que buscaban sacarlo del poder.
En varias intervenciones, Petro acudió a la religión y a la mística. Explicó que su permanencia en el poder se debe únicamente a la protección del ángel San Gabriel, que sí no fuera por él, ya estaría muerto”, declaró.
El jefe de Estado aprovechó algunos de sus viajes oficiales para actividades personales, incluyendo una parada en Disney de su familia. Mientras tanto, fue visto acompañado por una “pareja” cuya identidad es desconocida, y que según él, es un “montaje mediático” promovido por la prensa. Sus atuendos, lejos de la formalidad requerida, incluyeron guayaberas, gorras y hasta un sombrero estilo cazador.
En sus discursos, cuando no culpaba a Iván Duque por los males actuales, propuso ideas que han desconcertado, como la compra estatal de cosechas de coca: “Vamos a iniciar la compra estatal de cosecha de coca. Me van a caer rayos y centellas, menos mal la Procuradora y el Fiscal ya se fueron. Si no cambiamos los métodos, pues no cambiamos. Entonces, al campesinado del Micay le vamos a comprar sus cosechas de coca, mientras aparece la economía lícita”.
Entre sus propuestas más cuestionadas, también afirmó que “la minería causa más daño que la cocaína o la marihuana” y habló de la necesidad de “expandir el virus de la vida por las estrellas del universo”.
El software de espionaje Pegasus fue otro tema recurrente. Petro aseguró: “Tengo pruebas de que Pegasus fue utilizado en Colombia para espiar a políticos y líderes sociales”, señalando que representantes de la empresa israelí responsable habrían visitado el país para concretar la venta del sistema. Sin embargo, nunca presentó evidencia que respaldara sus acusaciones.
Petro tampoco ocultó su descontento con Medellín y Antioquia. Criticó las vías del departamento, asegurando que “solo favorecen a los ricos” y que “se hacen entre la población de El Poblado, en Medellín, y Rionegro donde quedan sus fincas”. Este resentimiento social se reflejó también en su limitación de recursos a la región y en sus constantes enfrentamientos con el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, y el gobernador Andrés Julián Rendón.
Su hermano, Juan Fernando Petro, volvió a ser centro de controversias al revelarse reuniones clandestinas en Medellín para discutir temas que incluían “sacar a Antioquia del mapa” y manejar su agenda oculta, descubrimientos que fueron revelados en exclusiva por IFMNOTICIAS, y que llegaron a servir como prueba para dar a conocer cómo los Petro portaban pasaportes diplomáticos sin justificación legal.
Petro mantuvo su ofensiva contra los medios de comunicación, calificando a las mujeres periodistas mujeres como “muñecas de la mafia”. Su estrecho amigo y actual director de Prosperidad, Gustavo Bolívar, dejó al descubierto las estrategias de desprestigio contra la prensa que operan desde la Presidencia.
El año también estuvo marcado por polémicos nombramientos. Entre ellos, el regreso de Armando Benedetti al círculo cercano del Presidente y la asignación de altos cargos a personas de confianza del cuestionado Daniel Quintero, a quien aunque no ha podido regalarle un cargo, sí acomodó a su gente, como a Esteban Restrepo, ex candidato a la Gobernación de Antioquia, y quien asumió como Secretario Privado de Ecopetrol. Además, Jorge Carrillo, a pesar de las investigaciones en las que se ha encontrado envuelto, fue nombrado Presidente de ISA. Petro también intentó sin éxito delegar a Daniel Mendoza Leal, creador de Matarife, como Embajador en Tailandia; pero la presión social fue suficiente para que fuera él mismo quien declinara.
En el plano internacional, sumó a Javier Milei a su lista de enemigos, calificándolo de “dictador” e insultándolo de mil maneras. Mientras tanto, en el ámbito tecnológico, aseguró que “Elon Musk hackeó su cuenta en X” y que planeaba reunirse con él para recuperar el acceso.
Por último, Petro reiteró en múltiples ocasiones que no buscará la reelección, aunque sus discursos dejaron entrever señales de que podría reconsiderarlo: “No me voy a reelegir… pero nadie sabe lo que puede pasar en el futuro”.