Los principales lugares turísticos de Colombia están pasando una fuerte crisis por la falta de turistas que tradicionalmente suelen desplazarse durante la semana Santa.
La situación se hizo grave con la desaparición de dos de las más importantes Aerolíneas de bajo costo que acaparaban más de 45 % del mercado para la Semana Santa como fueron Viva Air y Ultra Air. Pero no solamente fue la situación de las aerolíneas, porque a esto se le sumó el incremento de hasta un 157 % de los tiquetes aéreos en las restantes empresas de transporte aéreo, más el IVA en los tiquetes y los altos cotos aeroportuarios y por supuesto el alto precio del dólar, que es la base en la que muchos precios turísticos se tasan.
A todo esto, hay que sumarle el incremento en los precios de la gasolina y los peajes que afectan el transporte por carretera, además de los graves problemas de seguridad que limitaron, e incluso han impedido el transporte de pasajeros a sus principales destinos.
Como si fuera poco, se suma el IVA decretado por el gobierno a los hoteles, un cóctel que ha hecho que la crisis fuera mucho más evidente.
Reportes de los hoteleros y restauranteros en Cartagena habla de playas prácticamente solitarias a comparación de años anteriores. San Andrés Isla vive una crisis peor que la época de pandemia y del huracán. Los destinos santos como Popayán, sucumbieron a la presión de los bloqueos de la vía que, aunque fue levantado, disminuyó la llegada de turistas del occidente colombiano, principalmente de quienes se desplazaban desde Cali.
Entonces, muchos ni intentaron volver a sus pueblos en cortos recorridos pensando en destinos como el eje cafetero, pero la situación del Nevado del Ruíz aportó lo suyo a la muerte del turismo y quienes decidieron intentarlo en pueblos cercanos, por ejemplo en Antioquia, o de Bogotá, sufren el estado de las vías que dejan largos atascos de hasta cuatro horas.
La responsabilidad, principalmente, es del Gobierno de Gustavo Petro, que ha llevado al país a vivir esta situación con sus absurdas medidas y falta de previsión y control.
Excepto por los eventos del Nevado del Ruíz, todo lo demás es responsabilidad del Gobierno. Los bloqueos, el paro minero, la inseguridad, la presencia guerrillera en las vías, las carreteras reparadas que solo duran cuatro días, los altos precios, los ivas… de todo esto es responsable el Gobierno.
No pueden tapar el Sol con un dedo, así intenten hacerse pasar como héroes por el hecho de poner al servicio de los viajeros afectados de Ultra, el avión presidencial. Es decir, ¿el gobierno quiebra las piernas, luego presta unas muletas y son los salvadores?
En esta semana de pasión y muerte de Jesucristo, quien padece y muere es el sector turismo y los complementarios a este. Y eso que el Gobierno ha impulsado su idea de acabar con el petróleo para reemplazarlo por el turismo. Vaya fantasía, tremenda falacia. Si eso es impulsando la idea de hacer de Colombia «la potencia mundial del turismo», ¿cómo será entonces el futuro?
Al parecer será como la «Potencia Mundial de la Vida», que se demuestra con la mayor cantidad de masacres, de asesinatos de líderes sociales y asesinatos selectivos registrados.
