Aunque la disposición de la instalación de los buques de guerra en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela es una medida para luchar contra el tráfico de drogas, también se puede tomar como una manera de presión al régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
Las tres modernas naves de guerra enviadas por Estados Unidos son el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson y permanecerán indefinidamente en el océano frente a Venezuela.
Las embarcaciones tendrán las siguientes tareas:
- Operarán en espacio aéreo y aguas internacionales durante varios meses.
- Tienen como misión fortalecer los esfuerzos contra cárteles latinoamericanos de droga que han sido designados por EE.UU. como organizaciones terroristas internacionales.
- Complementan una fuerza que incluye aviones de vigilancia P-8, submarinos, y el despliegue previsto de hasta 4,000 marines y marineros en la región.
Los modernos destructores tienen las siguientes características:
- Identificación: destructor de misiles guiados de la clase Arleigh Burke.
- Armamento: sistema de lanzamiento vertical (VLS) Mark 41, con capacidad para lanzar misiles de crucero Tomahawk, misiles antiaéreos Standard (SM-2, SM-3, SM-6), misiles antisubmarinos ASROC. Cañón naval Mark 45 de 5 pulgadas (127 mm). Sistema de defensa cercana Phalanx CIWS. Misiles antibuque Harpoon.
- Sistemas de combate: Aegis, un sistema de radar y control de fuego integrado que puede rastrear y guiar misiles contra múltiples objetivos simultáneamente.
El despliegue naval en aguas del Caribe es mayor que la que utilizó los Estados Unidos ante la invasión de Panamá en diciembre de 1989. La estrategia militar, denominada Operación Causa Justa, se ejecutó con el fin de terminar con la dictadura de Manuel Noriega.
La poderosa muestra de despliegue militar la justifica el gobierno de Trump como una necesidad de seguridad interna, pero desde muchos puntos se ve como una estrategia de presión política y presencia en la geopolítica mundial.
La decisión llega después que el gobierno duplicó la recompensa por la captura de Nicolás Maduro a 50 millones de dólares, al que acusa directamente de liderar el Cartel de los Soles y violaciones graves vinculadas al narcotráfico.
Por ahora, Venezuela ha respondido llamando a más de 4,5 millones de milicianos para defender el territorio, de lo que Maduro califica como una agresión a su país.
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