Un grupo de más de 60 diputados provenientes de distintos países europeos difundió una carta abierta en la que manifiestan preocupación por el incremento de la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe, en zonas cercanas a Venezuela.
La comunicación fue divulgada por la organización Internacional Progresista y reúne firmas de parlamentarios vinculados a diversas fuerzas políticas, entre ellas Podemos, Sumar y Bildu, además de representantes de Francia, Italia, Portugal y figuras internacionales como Jeremy Corbyn y Yanis Varoufakis.
En la carta, los firmantes solicitan respaldar al pueblo venezolano ante lo que consideran un riesgo creciente de conflicto, señalando que una eventual acción militar estadounidense sería, según su análisis, el primer enfrentamiento interestatal de ese tipo en Sudamérica. Los parlamentarios plantean que se debe dar prioridad a mecanismos diplomáticos y a la cooperación multilateral para afrontar las tensiones actuales y mantener la estabilidad en la región.
El documento expone que las acciones militares norteamericanas en el Caribe incluyen el despliegue de al menos ocho buques de guerra, aeronaves bombarderas y más de 10.000 efectivos. Según los diputados, esta presencia ya habría generado impactos directos, mencionando ataques contra pequeñas embarcaciones en los que, de acuerdo con su recuento, han muerto al menos 67 personas. Washington ha explicado estas operaciones como parte de sus esfuerzos contra el narcotráfico.
Los firmantes contextualizan la situación afirmando que el aumento de la actividad militar no constituye un hecho aislado, sino que lo consideran parte de una línea histórica de presión estadounidense en América Latina y el Caribe. Para sustentar ese argumento, citan documentos desclasificados que detallan la intervención de la CIA en procesos de desestabilización o derrocamiento de gobiernos democráticamente elegidos en la región durante el siglo XX, como los de Salvador Allende en Chile, João Goulart en Brasil y Jacobo Árbenz en Guatemala.
La carta menciona también antecedentes relacionados con la política estadounidense hacia América Latina en los años setenta, cuando la llamada «guerra contra las drogas» tuvo impactos significativos en países como Colombia y México. Según los diputados, estas acciones no produjeron mayor seguridad, sino un aumento de episodios de violencia, despojo y alteraciones en la estructura social y política de los territorios afectados.
Entre los firmantes españoles figuran Irene Montero, Isabel Serra, Gerardo Pisarello, Ione Belarra, Jaume Asens, Marta Ribera y Oskar Matute. Todos ellos respaldan la solicitud de reforzar canales diplomáticos que, desde su perspectiva, permitan gestionar la tensión actual y evitar una escalada que involucre a actores internacionales en un conflicto abierto en la región.








