En el marco del Día Mundial del Mono, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá hizo un llamado urgente a la ciudadanía para promover el respeto y conservación de la fauna silvestre, destacando los preocupantes casos de tráfico y tenencia ilegal de primates en el país.
Un ejemplo de esta problemática es el caso de un tití cabeciblanco, especie endémica del Caribe colombiano, que llegó al Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación de Fauna Silvestre (CAVR) en condiciones críticas. La valoración evidenció fractura en los cuatro caninos, bajo peso debido a una alimentación inadecuada, enfermedad metabólica ósea, fractura de fémur derecho y amputación de su cola, todas consecuencias del cautiverio. A pesar de los esfuerzos por recuperarlo, el animal no logró sobrevivir.
Este caso es uno de tantos que reflejan la crueldad y las consecuencias del tráfico de fauna silvestre. Según cifras del Área Metropolitana, 84 primates han ingresado este año al centro de atención, siendo el tití cabeciblanco la especie más traficada, con 38 registros en 2024, seguido por el mono cariblanco y el mono aullador.
Colombia, al ser uno de los países con mayor diversidad de primates en el mundo, enfrenta un reto significativo en su protección. Estas especies, que habitan los bosques tropicales, cumplen un rol fundamental en la regeneración de los ecosistemas a través de la dispersión de semillas y el control de plagas. Su conservación no solo garantiza la salud de los bosques, sino que también contribuye a mitigar el cambio climático y mantener el equilibrio ambiental.
Las autoridades reiteran el llamado a la ciudadanía para denunciar el tráfico de fauna silvestre y abstenerse de adquirir o mantener animales en cautiverio. La protección de los primates es clave para asegurar la biodiversidad y el equilibrio natural del país.