Por: Diego Arango Bustamante
Caminar la ciudad sin rumbo fijo es abrirse a la posibilidad del hallazgo. En cada esquina, en cada sombra o reflejo, laten fragmentos de lo cotidiano que pasan desapercibidos ante la mirada apresurada. “Derivas de un fotógrafo en Medellín” recoge precisamente esos encuentros inesperados de un fotógrafo caminante que, lejos de imponer un itinerario, se deja llevar por los ritmos, accidentes y azares del espacio urbano.
Las imágenes aquí reunidas no buscan la espectacularidad de la postal ni el artificio del escenario preparado. Por el contrario, se aproximan a la vida ordinaria de Medellín desde la sensibilidad de la deriva: un andar que rehúye la lógica de la prisa para dar lugar a lo que se manifiesta en lo contingente.

Así, las fotografías funcionan como huellas de un tránsito: gestos mínimos, instantes irrepetibles, escenas que emergen de la convivencia silenciosa entre cuerpos, objetos, calles y memorias. El fotógrafo deviene caminante y el caminante se convierte en testigo.

Cada imagen se ofrece como una invitación a detenerse y mirar, a reconocer que la ciudad se revela de manera distinta cuando se la recorre sin mapas ni destinos prefijados. “Derivas de un fotógrafo en Medellín” son entonces tanto una exploración visual como un acto de resistencia frente a la homogeneización de la mirada: un recordatorio de que lo inesperado aún habita entre nosotros, esperando ser encontrado.



 
 




