La agencia calificadora Fitch Ratings bajó la calificación soberana de Colombia, al considerar que el país enfrenta un escenario de déficits fiscales elevados y sostenidos que seguirán presionando el nivel de endeudamiento del Gobierno en el mediano plazo. La firma redujo la calificación de riesgo emisor de largo plazo en moneda extranjera de ‘BB+’ a ‘BB’, con perspectiva estable.
De acuerdo con Fitch, la decisión responde a la expectativa de que la deuda del Gobierno como proporción del producto interno bruto continúe en aumento y se aleje aún más de la mediana de países con calificación similar.
La agencia señaló que la ausencia de un ancla fiscal creíble, el mayor grado de rigidez del gasto y las eventuales restricciones políticas para adoptar medidas tributarias representan desafíos relevantes para la consolidación fiscal, particularmente de cara al ciclo electoral de 2026.
En su análisis, Fitch indicó que las calificaciones de Colombia siguen respaldadas por un historial de estabilidad macroeconómica y financiera, así como por la independencia del banco central, factores que han permitido al país enfrentar distintos choques externos.
No obstante, estos elementos se ven contrarrestados por déficits fiscales elevados, una carga creciente de intereses, el aumento de la relación deuda/PIB y una alta dependencia de los ingresos provenientes de materias primas.
La agencia proyectó que el déficit fiscal del Gobierno central alcanzará el 6,5% del PIB en 2025, levemente inferior al estimado para 2024, que se ubicó en 6,7%. Según Fitch, esta reducción obedece en parte a operaciones de recompra de deuda realizadas por debajo de su valor nominal, lo que permitiría disminuir los pagos de intereses hasta un 3,6% del PIB, frente al 4,7% estimado previamente.
Sin embargo, Fitch advirtió que el gasto primario crecería alrededor de un 13% en 2025, lo que derivaría en un déficit primario del 2,9% del PIB, superior al observado en 2024 y a la mediana de países con calificación ‘BB’. Este comportamiento del gasto, en opinión de la agencia, limita el margen de maniobra fiscal en el corto y mediano plazo.
El pronunciamiento de Fitch coincidió con el anuncio del Ministerio de Hacienda sobre una revisión a la baja de la meta de déficit fiscal para 2025. La cartera indicó que el desbalance entre ingresos y gastos se ubicaría en 6,2% del PIB, frente al 7,1% proyectado inicialmente en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. El ajuste contempla, además, recortes adicionales al gasto previamente aplazado y acciones orientadas a mejorar la eficiencia del uso de los recursos públicos.
Fitch también señaló que el entorno político podría incidir en la trayectoria fiscal, al prever un Congreso fragmentado tras las elecciones de 2026, lo que haría necesaria la construcción de amplias coaliciones para avanzar en reformas. En ese contexto, la agencia estimó que eventuales medidas de recaudo bajo el próximo gobierno aportarían menos del 1% del PIB en 2027.
En materia de crecimiento, Fitch proyectó una expansión económica de 2,9% en 2026, impulsada por el consumo y señales iniciales de recuperación de la inversión, aunque advirtió que esta última se mantiene por debajo de sus promedios históricos, lo que introduce incertidumbre sobre la sostenibilidad del crecimiento en el mediano plazo.
