La Operación Perseo, implementada por las Fuerzas Militares en El Plateado, Cauca, ha generado preocupación y críticas sobre su efectividad y planeación. Desde su inicio hace más de 100 días, el objetivo ha sido recuperar el control del territorio dominado por grupos armados, específicamente las disidencias del Estado Mayor Central (EMC), liderada por Iván Mordisco. Sin embargo, el balance hasta ahora es agridulce.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, indicó que no se ha tomado una decisión articulada para entrar a El Plateado, lo que ha limitado el impacto de la operación. A pesar de la presencia de más de 1.400 uniformados en la región, se ha reportado que solo se ha recuperado un kilómetro del territorio y que los grupos armados han reconfigurado su violencia en áreas cercanas.
Este contexto ha llevado a expertos a señalar que la estrategia careció de una planeación integral y un protocolo adecuado.
Durante una reciente reunión del Consejo de Ministros, Velásquez enfatizó la necesidad de una presencia gubernamental real para generar confianza en la institucionalidad y transformar el área.
A pesar de algunos avances, como la restauración de líneas de comunicación y el inicio de proyectos agrícolas, los ataques armados continúan siendo una amenaza constante en la región.
Los líderes comunitarios han expresado su desconfianza hacia la operación militar, recordando promesas incumplidas del pasado. La situación en El Plateado refleja una desconexión entre las autoridades nacionales y las realidades locales, lo que complica la recuperación del control estatal en un territorio históricamente afectado por el conflicto armado.
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