La Defensoría del Pueblo de Colombia alertó sobre el grave deterioro de la situación humanitaria y de derechos humanos que enfrentan las comunidades del Bajo Calima, en el Valle del Cauca, y del sur de Bolívar, en el Magdalena Medio. Según el organismo, en ambas zonas persisten los enfrentamientos entre grupos armados ilegales, la débil presencia institucional y las graves afectaciones a la población civil.
En el Bajo Calima, la confrontación entre las disidencias de las extintas FARC, el ELN y el Clan del Golfo mantiene a comunidades afrodescendientes e indígenas en una crisis de confinamiento prolongado y en riesgo de desplazamiento. “La comunidad de La Colonia, perteneciente al Consejo Comunitario del Bajo Calima, ha sido una de las más afectadas, con 516 familias (1.419 personas) impactadas por la violencia”, detalló la entidad.
La Defensoría advirtió que se han presentado asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, reclutamiento forzado de menores, violencia sexual contra mujeres y niñas, uso de drones con explosivos y ocupación de viviendas por parte de grupos armados ilegales.
El organismo documentó que el pasado 22 de septiembre, la columna Wilson González del frente Jaime Martínez de las disidencias de Mordisco realizó una incursión armada en una institución educativa de la vereda mientras los niños estaban en clases. “Desde allí hostigaron a la Fuerza Pública con armas de fuego y drones cargados de explosivos, impidiendo que los estudiantes salieran”.
Además, el 29 de septiembre el mismo grupo efectuó patrullajes armados, pintó grafitis en viviendas y comercios, y al día siguiente lanzó una granada mediante un dron cerca del SENA y de una escuela, dejando dos mujeres gravemente heridas.
Pese a que la comunidad fue reconocida como víctima, el confinamiento persiste sin respuesta humanitaria oportuna. “Las familias sobreviven sin acceso pleno a alimentos, atención médica ni garantías de seguridad”, subrayó la Defensoría.
Desde el 23 de septiembre, la institución ha solicitado a los ministerios del Interior y de Defensa, a la Gobernación del Valle, la Alcaldía de Buenaventura, la Unidad para las Víctimas y el ICBF “acciones urgentes y coordinadas para garantizar el acceso humanitario”. Estos hechos ya habían sido advertidos en la Alerta Temprana 039-23.
La situación en el sur de Bolívar también se agrava por los enfrentamientos entre el Clan del Golfo, el ELN y las disidencias de las FARC. Según el reporte, “durante lo corrido de 2025 se han registrado 27 emergencias humanitarias, con 15 desplazamientos forzados masivos y 12 confinamientos de comunidades, que han afectado a 15.240 personas en Santa Rosa del Sur; 5.409 en Montecristo; 3.090 en Arenal del Sur; 249 en Cantagallo; 160 en Morales y 76 en Río Viejo”.
La Defensoría indicó que los grupos armados “usan a la población civil como escudo humano, someten a las Juntas de Acción Comunal y mantienen a las familias confinadas bajo amenazas y restricciones a la movilidad”. El 3 de octubre fueron secuestrados Armando Uriel Ávila Chávez, presidente de la JAC de la vereda Los Robles, y Alberto Montero Hernández, junto a su compañera Karen Tatiana Alfonso, liberada posteriormente.
También se han reportado ataques con drones, minas antipersonal, destrucción de viviendas y ocupación de escuelas en corregimientos de Santa Rosa del Sur, Cantagallo y Arenal del Sur. Estos hechos constituyen “graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario y desconocen los principios básicos de humanidad”.
La Defensoría informó que ha acompañado la entrega de ayuda humanitaria a más de 3.500 familias en la Serranía de San Lucas, aunque advierte que “la magnitud de la emergencia supera las capacidades locales y exige una acción integral y sostenida del Estado”.
Finalmente, el organismo reiteró su llamado a los grupos armados para que cesen las hostilidades y respeten la vida de la población civil. También instó al Gobierno Nacional a “activar de manera urgente los mecanismos de respuesta humanitaria, fortalecer la presencia institucional y garantizar condiciones para un retorno digno y seguro”.