El Gobierno de Gustavo Petro causa controversia nuevamente con la designación de 18 ex jefes paramilitares como gestores de paz, en un intento por impulsar la reconciliación y finalizar el proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Los nuevos gestores de paz son Ramón Isaza; Rodrigo Tovar alias, “Jorge 40”; Diego Fernando Murillo, “Don Berna”; Fredy Rendón, “El Alemán”; Héctor Buitrago Rodríguez; Ramiro ‘Cuco Vanoy’; Hernán Giraldo; Hebert Veloza; Manuel Pirabán; Carlos Mario Jiménez; Rodrigo Pérez Alzate; Edwar Cobo Téllez; Héctor Buitrago Parada; Arnubio Triana; Luis Eduardo Cifuentes; Juan Francisco Prada; José Baldomero Linares y ya nombrado, Salvatore Mancuso.
Esta decisión surge después de varias reuniones entre la oficina del Consejero Comisionado de Paz y exmiembros de las AUC, en un esfuerzo por dar continuidad al proceso de paz iniciado en el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pero interrumpido antes de su culminación.
La resolución que oficializa a los exjefes paramilitares como gestores de paz fue firmada por el presidente Petro, quien destacó que la idea es que estas figuras colaboren en la estructuración de procesos de paz, el diseño de estrategias de no repetición y el acercamiento con otros grupos armados ilegales.
«El proceso no ha terminado, no se han entregado los bienes a las víctimas que ustedes le entregaron a la justicia, el proceso no se ha terminado, quedó interrumpido. Por eso le propongo instalar una mesa para finiquitar el proceso de paz que inició Álvaro Uribe Vélez con ustedes, esta vez sin traición y sin miedo a la verdad», expresó el presidente Petro en un reciente encuentro con el exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, uno de los gestores de paz designados.
El rol de los ‘Gestores de Paz’
Los 18 ex jefes de las AUC seleccionados como gestores de paz busca aprovechar su conocimiento sobre el conflicto armado, la financiación de los grupos ilegales y las dinámicas de la guerra en Colombia, con la esperanza de que puedan contribuir a consolidar la paz y garantizar que los crímenes cometidos no se repitan.
La designación se hará por un período de seis meses, durante los cuales se espera que los exlíderes paramilitares trabajen en mesas técnicas para contribuir con su experiencia en el desarrollo de actividades para la construcción de paz. Esta estrategia no ha estado exenta de críticas.
La participación de personas con un historial de violencia, atrosidades, violaciones contra menores y mujeres, crímenes de lesa humanidad, entre otros, genera preocupación entre las víctimas del conflicto, quienes se cuestionan si estos individuos realmente pueden contribuir de manera positiva a la paz o si sus intereses personales seguirán prevaleciendo.
Revés para las víctimas
El proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia comenzó en el gobierno de Uribe, pero fue interrumpido antes de que muchos de los compromisos adquiridos fueran cumplidos, incluidos la entrega de bienes a las víctimas y el sometimiento a la justicia de los responsables de crímenes atroces.
Aunque Petro promete continuar este proceso sin «traición», la designación de figuras tan controvertidas como gestores de paz podría generar resistencia en aquellos que aún esperan justicia por los crímenes cometidos durante los años de violencia paramilitar.
La inclusión de figuras como Don Berna, Jorge 40 y HH seguirá siendo un tema de debate, pues mientras algunos creen que la paz requiere la participación de todos los actores del conflicto, otros ven esta decisión como una oportunidad para los ex paramilitares de evadir la justicia y perpetuar su impunidad.
Con una mesa de paz en marcha y un proceso que aún está lejos de terminar, el Gobierno de Petro apuesta por una solución que involucre a quienes alguna vez fueron enemigos irreconciliables.