El paro minero y campesino, que ya completa cuatro días, comienza a tener efectos devastadores en distintas ciudades del país, con desabastecimiento de alimentos y combustible, afectando a miles de ciudadanos.
Las protestas, que exigen la ampliación de la frontera agrícola en los páramos y la legalización de más de 33.000 pequeños mineros, han paralizado las principales vías de los departamentos de Antioquia, Norte de Santander, Santander y Boyacá.
En el marco de este paro, el Gobierno, a través de la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, anunció la instalación de una mesa de diálogo con los manifestantes, subrayando la disposición a escuchar las demandas de las comunidades afectadas.
“Tenemos una delegación ya de más de 20 funcionarios para atender las reivindicaciones de los y las protestantes”, afirmó la Ministra, mientras el país se enfrenta a una crisis que amenaza con desbordar la capacidad logística y económica de varias regiones.
Desabastecimiento en ciudades y aumento de precios
Los bloqueos están pasando factura en términos de abastecimiento, especialmente en el nororiente del país. En Santander, los precios de alimentos básicos como la papa, cebolla, legumbres y frutas han aumentado más del 30%.
Esto se debe a la imposibilidad de movilizar camiones con productos hacia las plazas de mercado, generando una ola de especulación que afecta gravemente el bolsillo de los colombianos.
Por otro lado, en al menos 10 municipios de Boyacá se ha reportado escasez de gasolina, lo que agrava aún más la situación de movilidad y acceso a bienes esenciales.
A pesar de la gravedad del panorama, se ha permitido el paso de ambulancias, carros fúnebres y vehículos con medicamentos, pero la situación en general sigue siendo crítica.
Impacto en la logística y el transporte de carga
La agremiación de transportadores de carga, Defencarga, alertó sobre las graves consecuencias económicas que los bloqueos están generando en el sector logístico.
Según la directora ejecutiva de la entidad, Clarita García, se han dejado de movilizar más de 40.000 toneladas de carga en solo dos días, afectando de manera directa las conexiones con ciudades clave como Cartagena, Buenaventura, Cali y Bucaramanga.
“Desde el área metropolitana del Valle de Aburrá a Cartagena, Buenaventura, Cali y Bucaramanga, se han impactado cerca de 16.000 toneladas en estos últimos dos días y hemos dejado de recibir de esos mismos puntos alrededor de 25.000 toneladas. Es una afectación muy grande”, señaló García, quien además advirtió sobre el efecto negativo que esta situación tendrá en el abastecimiento de mercancías durante el tercer trimestre del año, crucial para atender la demanda de fin de año.
En medio de la crisis, la Federación de Campesinos Parameros del Nororiente Colombiano ha reiterado su oposición a la delimitación de los páramos y a la Ley de Páramos, señalando que estas medidas afectan directamente la producción agropecuaria y la economía de las regiones involucradas.
El bloqueo de vías como la Cúcuta-Pamplona y la Bucaramanga-Bogotá ha sido una de las principales estrategias para hacer oír sus demandas.