Colombia, un país tradicionalmente autosuficiente en materia de gas natural, enfrenta una crisis energética que, según expertos, no tenía porque suceder. El geólogo y profesor de la Universidad Nacional de Medellín, Oswaldo Ordóñez, denuncia que esta crisis ha sido fabricada intencionalmente por el gobierno del presidente Gustavo Petro.
Según Ordóñez, “en un país lleno de recursos energéticos, Petro y su combo han creado la crisis de gas y energía”, sugiriendo que la situación es el resultado de decisiones políticas estratégicas para beneficiar a ciertos sectores y sus propios intereses.
Colombia no solo cuenta con amplias reservas de gas natural, sino que históricamente ha sido un país que explora y explota este recurso sin mayores inconvenientes. Sin embargo, desde la llegada del gobierno de Petro y la gestión de la exministra de Minas y Energía, Irene Vélez, el enfoque hacia el “decrecimiento energético” ha llevado a la suspensión de nuevos contratos de exploración, la no renovación de los existentes y la ausencia de licitaciones para futuras exploraciones y explotaciones. Esto, según los críticos, ha generado una crisis energética artificial que se terminará lamentando.
Ordóñez sostiene que la crisis tiene un propósito claro: beneficiar a ciertos grupos de interés. “Hace años establecieron contactos con empresas que traen gas y comercian energía, unieron intereses y crearon la estrategia para prepararse para ser los salvadores”, asegura el geólogo. El ingeniero detalla que una vez la crisis esté completamente desarrollada, las empresas que importen gas y comercialicen energía estarán lideradas o asesoradas por figuras controvertidas del ámbito político como “los Emilios Tapias, los Euclides, los Benedetti, los Alcocers, los Roys, los Santos, los Trujillos y los Pinturitas”, asegura Ordoñez, refiriéndose a personajes relacionados con el poder político y escándalos de corrupción.
La fórmula del progresismo, según Ordóñez
El experto afirma que esta situación sigue un patrón conocido dentro del progresismo: “Armas el problema, organizas el negocio, creas la crisis, ofreces la solución y ganas aplausos”. De esta manera, señala que el gobierno ha montado un libreto donde, al generar la crisis, son ellos mismos quienes luego ofrecen una solución a un problema que, de entrada, no debió existir.
Este escenario se agrava con la reciente decisión de Ecopetrol de dejar de distribuir gas vehicular a través de 13 empresas y la advertencia a las industrias y termoeléctricas que utilizan gas de que deben comenzar a provisionarse con diésel debido a la inminente escasez de gas natural. Esta medida afectará tanto a sectores industriales como al consumidor final, ya que el gas es una fuente de energía clave para el transporte y la producción en el país.
¿Una crisis fabricada para beneficiar a Venezuela?
Las decisiones de política energética de Gustavo Petro han generado sospechas desde hace tiempo. Hace algunos meses, antes de que se hablara abiertamente de una crisis del gas, el presidente Petro y su ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ya anunciaban la compra de gas a Venezuela. Esta decisión, tomada antes incluso de las elecciones en el vecino país, ha levantado muchas preguntas sobre los verdaderos intereses detrás de esta crisis.
No solo se trata de una crisis de gas, sino que el país también enfrenta problemas con las tarifas de energía eléctrica y el alza de los precios del combustible. La misma fórmula que ha aplicado el gobierno con la gasolina y el ACPM, al aumentar de manera considerable sus precios, parece estar ahora replicándose con el gas.
En un contexto donde las decisiones del gobierno Petro están llevando a la necesidad de importar gas desde Venezuela, y en medio de la creciente presión de tarifas energéticas, queda la sensación de que el país ha sido llevado intencionalmente a esta situación. Los expertos, como Ordóñez, advierten que si Colombia hubiera continuado con la exploración y explotación de sus propios recursos, no estaría enfrentando esta crisis.
La pregunta que muchos se hacen es: ¿Hasta qué punto está esta crisis realmente planeada? Las decisiones del gobierno parecen seguir un patrón que, según analistas, busca centralizar el control de los recursos energéticos y beneficiarse de una crisis que ellos mismos han creado. El futuro energético de Colombia pende de un hilo, y mientras tanto, el impacto se siente ya en la industria, el transporte y los hogares colombianos.
