La reelección de César Gaviria como director del Partido Liberal reabre las grietas dentro de la colectividad y genera controversia tanto dentro de la colectividad como fuera de el.
En la convención liberal donde los ánimos estuvieron “bastante caldeados” y la intervención de personal de seguridad fue necesaria, la victoria de Gaviria fue interpretada como un golpe directo contra la influencia del petrismo en la organización.
El propio presidente Gustavo Petro no tardó en pronunciarse. A través de X, criticó los intereses particulares que, a su juicio, capturan fuerzas políticas en lugar de representar los intereses colectivos.
“Si el Gobierno progresista se sustenta en fuerzas ya tomadas por el interés personal o particular, puede perecer y ser un engaño”, escribió el mandatario, en una clara referencia al Partido Liberal bajo el mando de Gaviria. Petro añadió que, ahora, le corresponde al Pacto Histórico dar el paso hacia una “expresión real fuerte” e invitó a las “otras fuerzas políticas” a reformarse para representar verdaderamente a la sociedad.
«Una derrota para el petrismo»
El senador liberal Juan Pablo Gallo, en una reciente entrevista, afirmó que la reelección de Gaviria es un triunfo que trasciende la figura del expresidente y representa una «derrota para el petrismo».
“Lo que quedó claro ayer es la intención que desde tanto tiempo atrás ha tenido el petrismo de convertir al Partido Liberal en apéndice del Pacto Histórico. Nosotros teníamos la firme convicción de que debíamos juntarnos en este momento para derrotar esa amenaza y, de una vez, organizarnos para el próximo 2026”, señaló Gallo, dejando en claro que los sectores liberales opuestos al Gobierno se preparan para una convergencia que haga frente al petrismo en las próximas elecciones presidenciales.
Gallo también lanzó una crítica a lo que considera discursos de odio y polarización promovidos por el actual Gobierno, que, según él, han impactado negativamente al país en términos económicos y sociales. La convención liberal, aseguró, debería enfocarse en construir un mensaje de unidad y oposición a las políticas de Gustavo Petro.
Los desafíos del liberalismo tras la reelección de Gaviria
Para el senador Gallo, las implicaciones de la reelección de Gaviria van más allá de una simple renovación de liderazgo; es un llamado a que el Partido Liberal tome una posición firme en el Congreso.
Según expresó, una de las conclusiones necesarias de la convención es que el Partido Liberal debe declararse en oposición al Pacto Histórico. “No entendemos por qué el Partido Liberal no se ha declarado aún en oposición; esa debería ser una de las conclusiones de esta convención”, enfatizó.
Sin embargo, no todos los miembros de la colectividad están de acuerdo con esta postura. El representante Carlos Ardila, en una entrevista reciente, señaló que el problema no radica en ser “petristas, gaviristas, duquistas” o de otra facción, sino en la falta de democracia interna del partido.
“Nuestra lista no obtuvo los votos mayoritarios, pero el gran perdedor de todo este espectáculo de ayer es el Partido Liberal”, afirmó, sugiriendo que las divisiones y la falta de consenso han desgastado la identidad y propósito de la colectividad.
La convención del Partido Liberal ha puesto en evidencia un conflicto interno que va más allá de César Gaviria o de los simpatizantes de Gustavo Petro.
La disputa refleja una lucha ideológica sobre el papel que el liberalismo debe jugar en la política colombiana. Mientras unos abogan por un papel de oposición directa al Gobierno de Petro, otros consideran necesario democratizar el partido para fortalecer su representatividad y autonomía.
Lo que sigue siendo claro es que la reelección de Gaviria deja un Partido Liberal dividido y en busca de una identidad que lo defina en medio de un país polarizado y ante la proximidad de las elecciones de 2026.