La reciente citación a un nuevo Consejo de Ministros volvió a evidenciar uno de los patrones más cuestionados de la actual administración en los últimos meses, con respecto a la reiteración de anuncios oficiales que no se cumplen en los tiempos ni en las condiciones informadas.
El Gobierno volvió a convocar una reunión ministerial para la noche del lunes, fijada para las 7:00 p. m., en medio de un historial de Consejos anunciados con antelación que luego son aplazados, reprogramados o realizados sin claridad pública, lo que ha generado críticas sobre la seriedad y previsibilidad del Ejecutivo en su manejo institucional. Sin embargo, la cita no se cumplió y se reprogramó para este 16 de diciembre en vísperas del inicio a las novenas navideñas.
Este comportamiento se da, además, en un contexto de fuertes cuestionamientos judiciales al uso de los espacios oficiales de comunicación. Cabe recordar que el Consejo de Estado ordenó regular las alocuciones presidenciales tras considerar que el presidente Gustavo Petro ha hecho un uso indebido y desproporcionado de esa figura.
El alto tribunal dio la razón a una tutela interpuesta por varios ciudadanos, entre ellos el asesinado exsenador Miguel Uribe Turbay, al concluir que las transmisiones vulneraron el derecho fundamental a la información y el pluralismo informativo.
La sentencia recordó que las alocuciones presidenciales, según la jurisprudencia constitucional, deben ser excepcionales, urgentes y limitadas en contenido y duración. Sin embargo, el Consejo de Estado señaló que el mandatario ha realizado más de medio centenar de alocuciones durante su gobierno, sin cumplir esos criterios, convirtiendo un mecanismo extraordinario en una herramienta frecuente de comunicación política.
Esa misma línea fue la que llevó, meses atrás, a prohibir la transmisión de los Consejos de Ministros por canales privados, al considerar que se afectaba la diversidad informativa.
En ese escenario, la dinámica de anunciarlos con fechas y horarios precisos, para luego modificarlos sin explicaciones claras, ha profundizado la percepción de improvisación. El propio Gobierno dejó inicialmente previsto el consejo para una fecha, para después moverlo al 16 de diciembre en la noche, sin que exista certeza pública sobre su realización efectiva, una práctica que se ha repetido en semanas anteriores.
El consejo convocado se produce pocos días después del realizado el 10 de diciembre, en el que el Presidente impartió instrucciones para avanzar en la inscripción del comité que impulsaría una eventual Asamblea Constituyente. En esa sesión, Petro reiteró que dejaría inscrito dicho comité antes de finalizar el año y volvió a cuestionar los obstáculos que, según afirmó, han enfrentado sus reformas en el Congreso.
A este panorama se suman factores como el anuncio del paro armado del ELN en varias regiones del país con ataques contra la Fuerza Pública, las tensiones derivadas de advertencias del presidente estadounidense Donald Trump sobre la política antidrogas y un nuevo revés judicial que obliga al mandatario a retractarse de señalamientos contra los hermanos del senador estadounidense Bernie Moreno.
La acumulación de estos frentes contrasta con una agenda gubernamental marcada por anuncios reiterados y reprogramaciones constantes. En ese marco, la falta de certeza sobre la realización efectiva de los Consejos de Ministros, pese a su anuncio público, se ha convertido en otro elemento de desgaste institucional.







