En un giro inesperado que pone en jaque la reciente elección de Jorge Andrés Carrillo como presidente de Interconexión Eléctrica S.A. (ISA), el Consejo de Estado solicitó a la Junta Directiva que presente las actas de la reunión en la que se tomó esta decisión.
La medida no solo resalta la falta de claridad en el proceso de selección, sino que también pone de manifiesto las tensiones internas que rodearon la designación del ex gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM).
El auto del Consejo de Estado exige específicamente al presidente de la Junta Directiva que remita una copia del acta correspondiente, junto con los documentos de respaldo, y que informe sobre la publicación del acto, de ser pertinente.
Este tipo de requerimiento plantea serias dudas sobre la transparencia del proceso, lo que ha generado un eco de desconfianza en el sector eléctrico del país.
Cabe recordar que desde el inicio del proceso de selección, la elección de Carrillo estuvo marcada por la controversia. Su nombre, que se barajó con insistencia como candidato a liderar una de las empresas más significativas del sector de transmisión eléctrica, provocó divisiones notables dentro de la Junta Directiva.
Los representantes de Ecopetrol parecían tener una inclinación clara hacia su nombramiento, mientras que aquellos designados por fondos de pensión y EPM manifestaron reservas sobre su idoneidad.
Antes de su llegada a ISA, Carrillo tuvo un paso polémico por la gerencia de EPM, donde su gestión fue cuestionada severamente.
Bajo su dirección, la empresa enfrentó una crisis de liquidez sin precedentes que culminó con un déficit de caja de $5 billones, un detalle que no ha pasado desapercibido para los ciudadanos y analistas que observan con preocupación el rumbo del manejo de las finanzas públicas.
A la sombra de su gestión en EPM, Carrillo también enfrenta controversias relacionadas con Afinia, una de sus filiales. Las acusaciones del actual alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, sobre la venta de la gerencia de Afinia por US$8 millones, a pesar de que la empresa reporta pérdidas mensuales que rondan los $90.000 millones, añaden otra capa de complejidad a su ya cuestionado liderazgo.
Este tipo de transacciones, en el contexto de pérdidas significativas, despiertan inquietudes sobre la gestión y la ética en las decisiones tomadas bajo su mando.
Además, la figura de Carrillo se encuentra ligada a la administración del presidente Gustavo Petro, quien ha expresado su descontento con la situación del sistema energético en Colombia.
La crítica del mandatario a las tarifas impuestas por las empresas generadoras resuena con fuerza en un país donde la equidad en el acceso a la energía sigue siendo un tema candente. En este contexto, la elección de Carrillo puede interpretarse como un respaldo a un modelo de gestión que muchos consideran ineficaz, lo que podría traducirse en mayores tensiones entre el gobierno y las empresas del sector.