La concejala de Medellín Claudia Carrasquilla se pronunció este lunes frente a la fuga de Darío Arcadio Zapata, conocido como alias El Zorro o El Flaco, quien escapó del centro penitenciario de Itagüí el pasado 8 de diciembre. Según información que recibió de fuentes internas del penal, Zapata habría evadido los controles de seguridad en un contexto de relajamiento extremo dentro del establecimiento.
Zapata, capturado en Valdivia en 2016, cumple una condena superior a 30 años por desplazamiento forzado, secuestro extorsivo, extorsión y concierto para delinquir. De acuerdo con las versiones entregadas a la concejala, el recluso logró salir del pabellón 2, atravesar zonas administrativas y abandonar el penal por la puerta de acceso destinada al ingreso de abogados. Posteriormente, habría saltado un muro perimetral sin que se activaran los mecanismos de vigilancia establecidos.
Las fuentes consultadas por Carrasquilla indicaron que la fuga se produjo mientras en el penal se desarrollaba una fiesta con presencia de privados de la libertad, entre ellos cabecillas de estructuras criminales del Valle de Aburrá. En la celebración habrían participado mujeres externas al establecimiento, además de circular licor, velas y permitir el tránsito sin restricciones entre patios y oficinas. Incluso, según los testimonios, algunas personas habrían pernoctado en las zonas educativas del centro carcelario.
En su pronunciamiento, Carrasquilla señaló que la situación evidencia fallas graves en la seguridad penitenciaria. “Este caso refleja una crisis mayor en el sistema penitenciario, particularmente en establecimientos donde permanecen cabecillas de estructuras criminales y personas vinculadas a la llamada mesa de paz”, afirmó.
Frente a los hechos, la concejala presentó varias solicitudes a las autoridades:
- Intervención inmediata de los organismos competentes.
- Investigación exhaustiva para determinar responsabilidades.
- Sanciones disciplinarias y administrativas a los funcionarios que omitieron sus deberes.
- Revisión y reconstrucción de los protocolos de seguridad del penal.
Una de las fuentes que se comunicó con la concejala aseguró que la fuga estaba planificada. Según esta información, Zapata tenía previsto escapar desde el jueves de la semana anterior, luego de ser notificado sobre una nueva imputación por ocho homicidios, entre ellos el de un menor de edad y un caso de desaparición forzada en Valdivia.
Carrasquilla advirtió que lo ocurrido “no es una falla aislada” y sostuvo que existen señales de negligencia, permisividad y posibles actos de corrupción. A su juicio, estos hechos representan un riesgo para la seguridad de Medellín y del país y reflejan la fragilidad institucional derivada de la política de Paz Total.
La concejala anunció que continuará haciendo seguimiento al caso y presentará estas denuncias ante los entes de control, con el objetivo de que se adelanten las investigaciones correspondientes con rigor y transparencia.








