En los últimos días, los municipios de Corinto (Cauca) y Jamundí (Valle del Cauca) han sido escenario de graves hechos de violencia. Atentados con vehículos cargados de explosivos han dejado muertos, heridos y cuantiosos daños materiales, afectando profundamente a estas comunidades.
Las disidencias de las FARC perpetraron 26 atentados terroristas de manera simultánea en distintas zonas del suroccidente del país, en una ofensiva que ha intensificado la situación de inseguridad en la región.
Con el objetivo de proteger a la población y restablecer el orden, las autoridades locales han implementado medidas de control en materia de orden público.
En Corinto, tras las explosiones iniciales y continuos hostigamientos, la administración municipal decretó toque de queda por dos días y ley seca hasta el martes 17 de junio. Además, se prohibieron los eventos públicos que impliquen aglomeraciones de personas.
Por su parte, en Jamundí se adoptaron restricciones similares: se impuso ley seca durante todo el fin de semana, junto con la prohibición de trasteos, transporte de escombros y combustibles, uso de drones, y el parqueo de vehículos cerca de edificaciones públicas.
Estas medidas buscan salvaguardar la vida de los ciudadanos mientras se refuerza la presencia de la fuerza pública en las zonas afectadas.
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