El más reciente informe de JP Morgan sobre renta variable en América Latina ha encendido una señal de alerta para la economía colombiana. La entidad financiera estadounidense, una de las más influyentes a nivel global, anunció que ha retirado a Colombia de su radar de inversión debido a una combinación de factores internos y externos que, a su juicio, hacen al país poco competitivo frente a otras economías de la región.
El análisis, que forma parte del informe Estrategia de Renta Variable en América Latina, destaca que “existen mejores oportunidades en otros países latinoamericanos” y no se asignarán recursos a acciones colombianas dentro de su portafolio modelo. La decisión se basa principalmente en dos aspectos clave: el elevado costo del dinero en Colombia y el preocupante nivel del déficit fiscal, elementos que, combinados, generan incertidumbre entre los inversionistas institucionales.
Riesgos macroeconómicos y decisiones estructurales
Uno de los puntos más críticos señalados por JP Morgan es la tasa de interés del país, actualmente en 9,5%, una de las más altas en América Latina. Esta situación limita el acceso al crédito tanto para empresas como para consumidores y ralentiza la recuperación económica, afectando negativamente las expectativas de crecimiento. A esto se suma un déficit fiscal equivalente al 6,8% del Producto Interno Bruto, lo que sitúa a Colombia entre los países con mayores desequilibrios fiscales de la región.
El informe también vincula directamente el deterioro del panorama inversor con decisiones adoptadas por el actual Gobierno, en cabeza del presidente Gustavo Petro. En particular, la entidad señala que las reformas estructurales impulsadas por la administración, como la reforma pensional aprobada recientemente, generan un clima de desconfianza en los mercados financieros.
Según JP Morgan, el redireccionamiento de los flujos del sistema privado al sistema público de pensiones podría reducir en un 50% los ingresos del primero, afectando la liquidez del mercado de valores local. “Esto podría reducir el dinamismo en los volúmenes de acciones negociadas”, señala el documento, alertando sobre la posibilidad de un mercado bursátil más débil y menos atractivo para el capital extranjero.
Falta de soluciones fiscales y presiones del Tesoro
El informe también subraya que la ausencia de medidas concretas por parte del Ministerio de Hacienda para reducir el déficit fiscal mantiene bajo presión las condiciones financieras internas. La urgencia por financiar el gasto público, sin una estrategia clara para disminuir el endeudamiento, proyecta una imagen de riesgo ante los inversionistas internacionales. “El segundo factor son las necesidades de financiamiento del Tesoro, que continuarán ejerciendo presión sobre las condiciones financieras internas”, indica JP Morgan.
Además de los factores internos, el banco también identifica riesgos externos que podrían agravar el escenario económico colombiano. Uno de ellos es la reelección del expresidente estadounidense Donald Trump, cuyas políticas proteccionistas y postura agresiva frente a países latinoamericanos generan preocupación en los mercados.
JP Morgan advierte que Trump utilizará las amenazas arancelarias como táctica de presión sobre el Gobierno colombiano en temas sensibles como la migración. “Esto podría conducir a una mayor volatilidad del mercado”, asegura el informe, poniendo sobre la mesa la posibilidad de tensiones comerciales bilaterales.
Otro aspecto crítico es el aumento de la producción petrolera en Estados Unidos, que podría provocar una caída en los precios internacionales del crudo. Dado que el petróleo representa una fuente relevante de ingresos fiscales para Colombia y tiene un peso considerable en las exportaciones nacionales, un desplome en su cotización impactaría negativamente tanto en las cuentas públicas como en la moneda local.
“El aumento de la producción de petróleo en Estados Unidos podría resultar en una caída de los precios del crudo, afectando negativamente la moneda colombiana y los ingresos fiscales”, señala de manera contundente el análisis.
Elecciones de 2026 una posible inflexión
Pese al sombrío diagnóstico actual, JP Morgan deja abierta una posible ventana de cambio. El informe menciona que las elecciones presidenciales previstas para mayo de 2026 podrían representar un catalizador de recuperación del mercado colombiano, siempre que los resultados generen confianza y ofrezcan señales claras de estabilidad económica y responsabilidad fiscal. “Las valoraciones se mantienen atractivas”, subraya el documento, dejando entrever que Colombia podría volver al radar inversor si se logra restablecer la confianza a mediano plazo.
El análisis de JP Morgan constituye una advertencia significativa para el Gobierno y el sector productivo del país. Aunque no se trata de una desinversión masiva, sí es una señal clara del deterioro de la percepción internacional sobre la economía colombiana. El informe subraya la necesidad de retomar una agenda económica que combine responsabilidad fiscal, reglas claras para la inversión y decisiones estructurales que promuevan el crecimiento sostenido.
El futuro inmediato dependerá de la capacidad del Ejecutivo para reducir la incertidumbre en torno a sus reformas, contener el déficit y restablecer un entorno más competitivo en comparación con sus vecinos latinoamericanos. De lo contrario, Colombia corre el riesgo de quedar rezagada en un momento en el que la región comienza a captar nuevamente la atención de los grandes fondos internacionales.