El presidente de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (ANDEG), Alejandro Castañeda, advirtió que el país enfrenta un desafío crítico en materia de infraestructura energética. Durante su intervención en la versión número 15 de ExpoProBarranquilla, el dirigente señaló que se requieren inversiones por $20 billones en los próximos cinco años para asegurar la expansión de la generación y transmisión de energía.
De ese total, $12 billones estarían destinados al aumento de la capacidad de generación, y $8 billones a la ampliación del sistema de transporte eléctrico. Según Castañeda, de no ejecutarse estas inversiones, se corre el riesgo de enfrentar interrupciones programadas del servicio, especialmente en regiones como la Costa Caribe y Bogotá, donde los proyectos de transmisión están detenidos o rezagados.
“La región Caribe presenta limitaciones estructurales en transmisión que podrían derivar en cortes de energía. Bogotá enfrenta una situación similar, debido a retrasos en dos proyectos clave que Enel tiene para abastecer la capital”, explicó.
En términos de capacidad, los recursos proyectados permitirían adicionar aproximadamente 2.500 megavatios (2.5 gigavatios) al sistema eléctrico nacional. Castañeda recalcó que dicha expansión debe contemplar una matriz diversificada, en la que las fuentes renovables se complementen con generación térmica e hidráulica. “Las tecnologías solares no son suficientes por sí solas, sobre todo porque no generan durante las horas de mayor consumo, entre las 6 y 9 de la noche”, subrayó.
Desde el lado de la planeación, la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME) ha estimado que las necesidades de expansión en transmisión alcanzan los $8 billones. Estas cifras revelan una brecha significativa entre la demanda proyectada y la oferta existente. ANDEG estima que para 2028 o 2029 el país podría enfrentar un déficit del 6% si no se toman medidas urgentes. Históricamente, Colombia ha contado con un margen de reserva del 5% al 8%.
Castañeda concluyó que el éxito de esta estrategia dependerá de la estabilidad normativa y la confianza de los inversionistas: “El sector necesita señales claras para seguir adelante. Solo así podremos lograr precios más competitivos en el mercado eléctrico”.