En una decisión orientada por la Superintendencia de Industria y Comercio, el reconocido Colegio Hontanares inició una nueva etapa en su historia institucional, ahora cambió de nombre y se llama SER SCHOOL, con el fin de proteger su identidad educativa y evitar confusiones con otras instituciones del país con denominaciones similares.
Desde la institución, se manifestó que el cambio de nombre no altera la esencia del proyecto educativo que por años ha distinguido al colegio. Muy por el contrario, la transición a SER SCHOOL representa la evolución natural de una propuesta pedagógica centrada en el desarrollo integral de niños, niñas y jóvenes. El enfoque, que tradicionalmente ha combinado el saber con el hacer y el convivir, ahora se fortalece con un énfasis renovado en el “ser”, como núcleo fundamental de la formación.
Cabe indicar que en la actualidad, SER SCHOOL cuenta con 372 estudiantes matriculados y 379 egresados, entre los cuales se encuentran destacados artistas y líderes que han llevado el nombre de Antioquia a escenarios de reconocimiento nacional e internacional.
La institución educativa subraya que esta decisión legal ha sido también una oportunidad para consolidar su propósito educativo: formar desde la singularidad del ser, reconociendo en cada estudiante su potencial único.
Por su parte, la rectora de Ser School, Ana Isabel Piedrahíta Mejía, expresó que esta transformación es más que un cambio de nombre, es una forma de fluir: “Ser School es una evolución, es una forma de encontrarnos y de fluir, porque ser es verbo, es presencia, es estar aquí y ahora. Es entender que el mundo en presente genera posibles futuros. Y eso es ser escudo. Ver a cada persona desde donde brilla… y cuando encontramos en el otro lo que brilla, vamos a cambiar el mundo entre todos”, afirmó.
Con esta nueva etapa, SER SCHOOL se proyecta como una comunidad educativa que continúa construyéndose sobre pilares de confianza, respeto y cercanía, y que busca seguir acompañando los procesos vitales de sus estudiantes, familias y colaboradores. Más allá de un cambio de marca, se trata de una reafirmación del compromiso con una educación auténtica y con sentido.