La puerta ubicada sobre la Carrera Novena, en el imponente edificio de la Fundación Santa Fe, ha sido testigo del constante flujo de figuras de diversos sectores de la vida nacional que se han acercado a expresar su solidaridad con la familia de Miguel Uribe, así como su indignación y rechazo frente a lo ocurrido.
Sin embargo, lo más significativo ha sido la presencia de ciudadanos del común, quienes han llegado al lugar para unirse en cadenas de oración, encender velas, corear la consigna «¡Fuerza, Miguel!» y también manifestarse con cánticos de rechazo hacia el presidente Gustavo Petro.
Mientras en la calle se congregaban ciudadanos con gestos de solidaridad, al interior de la Fundación Santa Fe hacían su arribo diversas figuras de la vida pública nacional, a una sala especialmente adecuada por la institución para recibir a los visitantes.
La noche del sábado, mientras el precandidato Miguel Uribe era intervenido quirúrgicamente y luchaba por su vida, se hicieron presentes dos altos funcionarios del Gobierno Nacional: el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, y la directora del DAPRE, Angie Lizeth Rodríguez. Su presencia no fue bien recibida por un sector de las personas que permanecían en las afueras del hospital, expectantes por conocer noticias sobre el estado de salud del senador.
El alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, junto a varios miembros del gobierno distrital, ha estado presente de manera permanente en el centro médico, no solo expresando su respaldo a la familia de Uribe, sino también evaluando medidas para reforzar la seguridad de los precandidatos en la capital.
También se han hecho presentes representantes del partido Centro Democrático, entre ellos el expresidente Álvaro Uribe, compañeros de bancada en el Congreso, directivos del movimiento, exfuncionarios de los gobiernos de Álvaro Uribe e Iván Duque, así como algunos legisladores de otras colectividades.
Por su parte, el expresidente César Gaviria, la excandidata presidencial Ingrid Betancourt y varios de los actuales precandidatos para las elecciones de 2026 también han visitado las instalaciones del centro asistencial, manifestando su solidaridad.
Aunque muchos de los asistentes han optado por no hacer declaraciones ante los numerosos medios de comunicación que permanecen en el lugar, quienes sí han hablado han coincidido en un mensaje común: un llamado urgente a la unidad nacional. Han calificado el atentado contra Miguel Uribe como un ataque directo a la democracia, y han señalado la necesidad de poner fin a los discursos de confrontación que alimentan el odio y profundizan la polarización en el país.
Las visitas de expresidentes, congresistas, exfuncionarios, precandidatos, concejales y miles de ciudadanos reflejan la magnitud del impacto que ha generado este atentado. La mayoría de voces coinciden en que el Gobierno Nacional debe moderar el lenguaje que muchos han interpretado como divisivo, y que el momento exige gobernar desde la unión, no desde la confrontación.
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