La elección de Miguel Efraín Polo Rosero como nuevo magistrado de la Corte Constitucional no solo desató reacciones en el Congreso, sino que provocó un intenso cruce de declaraciones entre el presidente del Senado, Efraín Cepeda, y el embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras.
Este choque, que se desarrolló en medio de un clima político polarizado, puso de manifiesto las tensiones tras una votación que consolidó al candidato apoyado por el Gobierno con 57 votos frente a los 47 obtenidos por su contendora, Claudia Dangond.
Cepeda pide prudencia y Barreras rechaza las críticas
Efraín Cepeda, en su calidad de presidente del Congreso, fue enfático al destacar los retos que Polo enfrentará como magistrado en un periodo crucial para la Corte Constitucional, que en 2025 sufrirá cuatro cambios importantes en su composición.
“Del magistrado Polo en la Corte Constitucional esperamos sensatez y que sea guardián de la democracia. Esperamos que los magistrados pongan por encima su conocimiento jurídico a su lealtad con el Gobierno Nacional”, afirmó Cepeda, en declaraciones que dejaban entrever su preocupación por las posibles influencias del Ejecutivo en el alto tribunal.
Sin embargo, Roy Barreras, a través de su cuenta en X, rechazó estas afirmaciones, señalando que Cepeda estaba “inventando fantasmas”. Barreras sostuvo que Polo, ternado por el Consejo de Estado y descrito como un jurista serio y conservador, no representaba una amenaza para la institucionalidad.
“No habrá constituyentes; no habrá reelecciones. Con el magistrado Polo no llegaron los bárbaros a la Corte”, escribió el embajador, en un mensaje directo y con tintes conciliatorios hacia el presidente del Senado.
Un cruce de estilos y posturas
La respuesta de Cepeda no se hizo esperar. Con un tono firme, el senador conservador apeló a su experiencia para justificar sus advertencias. “Tengo muchos años en esta actividad como para ver fantasmas o monstruos imaginarios. Es de sabios percibir acontecimientos que vienen y alertar sobre ellos por si se presentan, eso es también orientar al pueblo”, replicó Cepeda, citando al poeta griego Constantinos Cavafis en un intento de darle un matiz reflexivo a su posición.
El cruce de mensajes dejó en evidencia las profundas divisiones en torno al proceso de elección de Polo, cuyo respaldo por parte de sectores afines al Gobierno de Gustavo Petro ha sido visto por muchos como una estrategia política para garantizar afinidades en la Corte Constitucional.
¿Un triunfo para el Gobierno?
Aunque Polo intentó desmarcarse de las acusaciones que lo vinculan con el Ejecutivo, el hecho de que obtuviera tres votos que inicialmente favorecían a Dangond, junto con cuatro nuevos sufragios, ha fortalecido la hipótesis de que la Casa de Nariño intervino para inclinar la balanza a su favor. Esta percepción se agrava en un contexto donde el Gobierno ha coqueteado con ideas de reformas profundas que podrían requerir el aval del máximo tribunal constitucional.
Tensiones que no cesan
El episodio entre Cepeda y Barreras refleja el clima de desconfianza que impera en los sectores políticos frente a las instituciones. Mientras unos ven en la elección de Polo un movimiento estratégico del Gobierno para consolidar poder, otros, como Barreras, insisten en que la selección del nuevo magistrado fue legítima y sin interferencias indebidas.
Con el país pendiente de los próximos movimientos en la Corte Constitucional y el inicio del periodo de Polo Rosero, queda claro que las divisiones políticas seguirán marcando el debate público, especialmente en un año que se anticipa como decisivo para las reformas y la gobernabilidad del país.
