Carlos Lehder, uno de los fundadores del cartel de Medellín, volvió a ser citado por la Fiscalía General de la Nación, esta vez para declarar en dos procesos catalogados como crímenes de lesa humanidad: el asesinato del exministro Rodrigo Lara Bonilla y el atentado contra el vuelo HK-1803 de Avianca en 1989.
Luego de su regreso al país el pasado 28 de marzo, tras cumplir condena en Estados Unidos y permanecer en Alemania, Lehder fue detenido por una orden judicial aún vigente. Tras tres días en custodia, un juez ordenó su liberación al determinar que su pena ya estaba cumplida. La razón de su regreso, se supo después, fue el lanzamiento de su libro Vida y muerte del cartel de Medellín, presentado en la Feria del Libro de Bogotá.
En medio de la polémica que generó su reaparición pública, se conoció que Lehder declaró ante una fiscalía especializada en derechos humanos. Durante más de cuatro horas, respondió bajo juramento preguntas sobre el magnicidio de Lara Bonilla, ocurrido en abril de 1984. Según fuentes judiciales, Lehder expuso su versión sobre los hechos, describió el contexto del conflicto contra el Estado en ese periodo y entregó detalles sobre el entorno de Pablo Escobar, jefe del cartel que lo acogió en sus inicios.
En paralelo, su nombre aparece vinculado a otro expediente: el caso de la aeronave de Avianca que estalló en pleno vuelo el 27 de noviembre de 1989, tragedia en la que murieron 107 personas. Aunque la versión oficial atribuye el atentado a una bomba colocada por orden de Escobar, nuevas hipótesis han surgido en los últimos años, entre ellas la planteada por el abogado Federico Arellano Mendoza, quien representa a varias víctimas del hecho.
Arellano sostiene que el avión pudo haber sido derribado por un misil tierra-aire lanzado desde una instalación militar en Soacha. Esta versión toma fuerza con el dictamen del exagente del FBI Frederic Whitehurst, quien asegura haber identificado restos de ojiva en el fuselaje de la aeronave.
Lehder, al conocer esta hipótesis, manifestó su sorpresa, pues, según dijo, Escobar jamás se atribuyó dicho atentado, a diferencia de otros ataques realizados por el cartel. Aunque su testimonio no constituye una prueba concluyente, fue incluido como elemento de análisis en la nueva línea de investigación.
El excapo estaba citado a diligencia por este caso el 20 de junio, pero la audiencia fue aplazada. La nueva fecha quedó fijada para el 31 de julio. La Fiscalía ya decretó la práctica de tres pruebas centrales: el testimonio de Whitehurst, el de Lehder y el de Dandeny Muñoz Mosquera, alias “La Quica”, condenado en Estados Unidos por el atentado.
Entre los documentos que respaldan esta revisión está el informe elaborado por Whitehurst, entonces jefe de explosivos del FBI, y entregado al Departamento de Estado de EE. UU., el cual permaneció reservado durante años. Su contenido será analizado junto con los testimonios programados, con el fin de esclarecer las circunstancias reales de la explosión.
Aunque Lehder ya había sido extraditado a Estados Unidos para la fecha del atentado, su cercanía con Escobar y el conocimiento del funcionamiento interno del cartel lo ubican como un testigo relevante. Según se ha planteado, su relato podría aportar a la reconstrucción de los móviles y autores detrás de los hechos.
Con estas diligencias, los dos casos continúan abiertos en la justicia colombiana, en el marco de procesos que han sido declarados de lesa humanidad por su impacto en la historia reciente del país.
