Hoy martes 24 de junio se conmemoran 90 años de la trágica muerte de Carlos Gardel, uno de los íconos más representativos del tango y de la cultura hispanoamericana. El artista, nacionalizado argentino, falleció en 1935 en un accidente aéreo ocurrido en el aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, mientras realizaba una gira por Colombia. Lejos de desvanecerse con el paso del tiempo, su figura ha crecido hasta convertirse en un símbolo cultural que trasciende generaciones.
Gardel perdió la vida a los 44 años, en el momento más alto de su carrera. El accidente no solo le costó la vida, sino también la de varios de sus músicos y colaboradores, causando una profunda conmoción en el mundo artístico y en el público que lo seguía en toda América Latina.
En total, 17 personas murieron junto a Gardel en ese trágico suceso. El siniestro se produjo cuando el avión en el que viajaban colisionó con otra aeronave que se encontraba en pista, lista para despegar. De acuerdo con la versión oficial establecida por las autoridades colombianas, una fuerte ráfaga de viento habría desviado el rumbo del avión, provocando el impacto fatal.
Entre las canciones más recordadas de Gardel se encuentran clásicos inmortales como Volver, El día que me quieras, Mi Buenos Aires querido y Sus ojos se cerraron. En colaboración con el letrista Alfredo Le Pera, Gardel creó verdaderas joyas de la música popular: historias cantadas de amor, nostalgia, barrios y emociones profundas que siguen tocando fibras sensibles en quienes las escuchan.
Medellín, la ciudad donde encontró la muerte, también lo adoptó en la memoria colectiva. Cada 24 de junio, sus seguidores le rinden homenaje con tangos, velas y flores. En los barrios, en las emisoras y en actos conmemorativos, su legado sigue vivo.
Carlos Gardel no fue solo un cantante. Fue y es una leyenda que marcó un antes y un después en la historia del tango. Su voz, su carisma y su arte lo convirtieron en una figura eterna cuya influencia sigue resonando, 90 años después de su partida.
