En el marco de un conversatorio entre la senadora y precandidata presidencial del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, y el exministro de Agricultura Rubén Darío Lizarralde, quien también ha oficializado su aspiración a la presidencia, abordaron los principales desafíos que enfrenta Colombia en materia de seguridad, productividad agrícola, institucionalidad y generación de riqueza. Ambos coincidieron en la necesidad de un modelo que combine seguridad, eficiencia del Estado y fortalecimiento del sector privado como motores de desarrollo.
Cabal inició el diálogo destacando la experiencia de Lizarralde en proyectos agroindustriales que vincularon a pequeños campesinos con el sector empresarial en el Magdalena Medio, como el caso de Indupalma, donde comunidades rurales lograron convertirse en propietarias de tierras y cultivos gracias a esquemas de asociatividad productiva. Según Lizarralde, ese modelo, inspirado en una experiencia implementada en Malasia a mediados del siglo XX, permitió que campesinos analfabetos se formaran como empresarios y pagaran sus tierras mediante la producción, consolidando un esquema sostenible y autosuficiente. “El modelo está probado, es exitoso y puede aplicarse para sustituir los cultivos ilícitos por cultivos legales que garanticen mercado y rentabilidad”, señaló.
La senadora Cabal resaltó que Colombia cuenta con condiciones naturales excepcionales para convertirse en una potencia agroindustrial. Subrayó que el país tiene suelos fértiles, abundante recurso hídrico y luz solar estable, pero enfrenta obstáculos estructurales derivados de la inseguridad, la falta de crédito y la ineficiencia estatal. “La ausencia de apoyo al pequeño productor y las trabas crediticias impiden que Colombia aproveche su potencial. Según la FAO, somos uno de los siete países del trópico con capacidad para alimentar a la mitad del mundo”, indicó.
Ambos coincidieron en que cualquier política de sustitución de cultivos ilícitos debe partir de modelos empresariales viables, con mercados asegurados, infraestructura adecuada y acompañamiento técnico. Lizarralde propuso crear centros productivos en regiones con potencial agrícola, donde los campesinos sean copropietarios de empresas agroindustriales y cuenten con servicios de educación, salud y vivienda. Además, planteó aprovechar extensas áreas de la Orinoquía y la Costa Caribe mediante proyectos de riego y canalización, que permitan transformar esas zonas en polos de desarrollo agrícola, ganadero y piscícola.
En materia institucional, los dos precandidatos insistieron en la urgencia de reducir el tamaño del Estado y hacerlo más eficiente. Cabal propuso una “Agencia de Eficiencia Administrativa” que simplifique trámites, elimine duplicidades y aproveche la inteligencia artificial para agilizar procesos públicos. “Tenemos 19 ministerios; podríamos operar con 11 o 9. La burocracia es una carga que frena al sector productivo”, dijo. También planteó que las embajadas colombianas funcionen como oficinas comerciales, dedicadas a abrir mercados y promover inversiones.
Lizarralde complementó que el exceso de trámites en entidades como el ICA y el Invima desincentiva la innovación y retrasa el desarrollo agrícola. “El país necesita gerencia, ordenamiento y resultados. Sin eficiencia estatal, no hay competitividad posible”, aseguró. Ambos criticaron los elevados impuestos que afectan a emprendedores y empresarios, y coincidieron en que el capital debe ser atraído mediante confianza y reglas estables. “El capital no tiene patria ni corazón. Va donde mejor lo tratan”, afirmó Lizarralde.
Durante el diálogo, Cabal enfatizó que la seguridad es el pilar sobre el cual debe construirse la prosperidad. “Sin seguridad en el campo no habrá paz en Colombia”, recordó, evocando los avances logrados durante el gobierno de Álvaro Uribe. Propuso fortalecer las Fuerzas Militares y de Policía, garantizar la protección de las inversiones y recuperar el control territorial en regiones afectadas por la violencia. “El Estado debe volver a ser garante de la propiedad privada, de la ley y del libre mercado”, añadió.
La senadora también abordó la necesidad de impulsar una educación económica desde el colegio y de crear un entorno que facilite la formalización empresarial. “El exceso de cargas y la inseguridad jurídica fomentan la informalidad y el crédito ilegal. Hay que devolverle sentido común a la gestión del Estado”, sostuvo.
Finalmente, ambos precandidatos coincidieron en que Colombia necesita un “gabinete de guerra o de posguerra” para enfrentar la crisis institucional, fiscal y económica que, según ellos, atraviesa el país. “El reto es tan grande que requerirá carácter, conocimiento y unidad. La próxima administración debe ser austera, eficiente y capaz de recuperar la confianza de los ciudadanos y del sector productivo”, concluyó Lizarralde.
El conversatorio cerró con un llamado a construir una Colombia productiva, segura y competitiva, donde el Estado sea un aliado del desarrollo y no un obstáculo. Tanto Cabal como Lizarralde coincidieron en que el país tiene todo para prosperar si logra unir seguridad, disciplina fiscal y confianza en la libre empresa.








