En medio de una crisis hídrica persistente, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, anunciaron la posibilidad de que la ciudad vuelva al racionamiento diario de agua a partir del 28 de septiembre si los niveles de los embalses continúan a la baja.
Durante una rueda de prensa desde la planta de tratamiento de aguas de Tibitoc, Galán explicó que la decisión final dependerá de la evaluación del estado del sistema Chingaza, que se llevará a cabo el 21 de septiembre.
Si no se observa una mejora significativa en los niveles de los embalses, se podría reiniciar el ciclo de racionamiento que suspendió el suministro de agua en una de las nueve zonas de Bogotá por 24 horas.
“Si para el 21 de septiembre no cambia la tendencia a la baja del sistema Chingaza, nos veremos obligados a implementar una restricción mayor,” advirtió Galán. La medida, que había sido suavizada el 1 de julio al pasar de racionamiento diario a uno alterno, podría ser revertida si la situación no mejora.
Situación actual del racionamiento y el sistema de agua
Desde el 11 de abril de 2024, Bogotá y varios municipios vecinos enfrentan racionamiento de agua debido a la prolongada sequía y el bajo nivel de los embalses.
La medida inicial, que consistía en suspender el suministro de agua en un sector de la ciudad por 24 horas cada día, fue implementada con el objetivo de mejorar los niveles de los embalses del sistema Chingaza y mantener un consumo estándar de agua.
La reducción en los niveles de los embalses y el retraso en la llegada de las lluvias esperadas del Fenómeno de ‘La Niña’ llevaron a una revisión de la estrategia.
La última modificación del racionamiento, que comenzó el 1 de julio, redujo la frecuencia de la medida, aplicándola cada día de por medio. Sin embargo, los recientes datos han mostrado una disminución preocupante en los niveles del sistema Chingaza, que el 12 de septiembre se situaron en un 46.67%, frente al 52% mantenido anteriormente.
En respuesta a la crisis, la Comisión de Regulación de Agua Potable (CRA) ha impuesto nuevos topes de consumo por hogar, basados en el estrato socioeconómico.
Los estratos 1 al 4 deben limitar su consumo a 12 metros cúbicos por mes, mientras que los estratos 5 y 6 tienen un máximo de 9 metros cúbicos. El incumplimiento de estas normas podría resultar en sanciones económicas.
Además, se ha llevado a cabo una adecuación de la planta de Tibitoc para diversificar el suministro de agua. Esta planta comenzará a distribuir agua a ciertos puntos de la ciudad para reducir la dependencia exclusiva del sistema Chingaza, contribuyendo así a una gestión más equilibrada de los recursos hídricos.
La situación actual requiere una coordinación efectiva entre los diferentes niveles de gobierno y la ciudadanía para mitigar los efectos de la sequía y garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos de la capital.
La evaluación del 21 de septiembre será crucial para determinar los próximos pasos y asegurar que Bogotá pueda enfrentar esta crisis con la mayor eficiencia posible.