Barranquilla vivió una noche que quedará marcada en la memoria de su gente. Tras el contundente triunfo del Junior de Barranquilla sobre el Deportes Tolima, la capital del Atlántico prácticamente no durmió y convirtió la madrugada en una celebración colectiva que se extendió por calles, barrios y avenidas. La victoria le dio al equipo rojiblanco su undécima estrella en la Liga del Fútbol Profesional Colombiano y lo consolidó como el gran protagonista del segundo semestre del año.
La final fue un auténtico festival futbolístico para el conjunto tiburón. Junior no solo fue superior en el marcador, sino también en el juego. En el partido de ida, disputado en el estadio Metropolitano, el equipo barranquillero impuso condiciones y se llevó una clara ventaja de 3-0. En la vuelta, en Ibagué, volvió a golpear con autoridad y selló la serie con una nueva victoria, para un marcador global de 4-0, uno de los resultados más amplios registrados en finales de torneos cortos del fútbol colombiano.
Enamorado fue el encargado de dar la alegría y el sabor al triunfo luego de volver a marcar en el partido de ida, un gol en el minuto 16 repitiendo la hazaña que ya había hecho con dos goles en el partido de ida, teniendo un marcador global de tres de los cuatro goles con los que el Junior se coronó campeón de la liga II del 2025.
Mientras los jugadores levantaban el trofeo en territorio tolimense en solitario, pues no hubo hinchas barranquilleros, la verdadera fiesta estallaba a más de mil kilómetros de distancia. En Barranquilla, miles de hinchas salieron de manera espontánea a celebrar una nueva estrella que se hizo esperar, pero que llegó con una contundencia que desató el orgullo de toda la ciudad. Las principales vías se llenaron de camisetas rojiblancas, banderas, cánticos y caravanas de vehículos que recorrieron la ciudad hasta altas horas de la noche.
Para muchos aficionados, la alegría tenía un sabor especial. La última celebración de un título liguero había sido en la Liga BetPlay 2023-II, cuando Junior se coronó campeón frente al Independiente Medellín. Esta undécima estrella no solo amplía el palmarés del club, sino que reafirma su condición de uno de los equipos más importantes y tradicionales del país.
En medio del júbilo, no faltaron quienes compararon la celebración con el Carnaval de Barranquilla. Entre música, bailes improvisados y abrazos entre desconocidos, la ciudad vivió una madrugada festiva que se prolongó hasta la salida del sol. Muchos hinchas aseguraron que la fiesta apenas comenzaba y que la alegría se mantendría durante varios días.
Con la undécima estrella ya lista para ser bordada en el escudo, Junior cierra el año como el mejor equipo del semestre y le regala a su hinchada un título que se celebró como se vive el fútbol en Barranquilla: con pasión, orgullo y una fiesta que parece no tener fin.






