En un nuevo ataque que ha sembrado el terror en el municipio de Gigante, Huila, la madrugada del 30 de octubre de 2024 se vio marcada por el uso de explosivos en la sede del Banco Agrario de Colombia.
Este atentado, que no dejó heridos, sí causó graves afectaciones estructurales en la parte posterior del edificio, obligando a las autoridades y al sector financiero a replantear la seguridad de las entidades bancarias en la región.
Las primeras investigaciones apuntan a que el ataque habría sido orquestado por las disidencias de las FARC que operan en la zona, grupo que, a pesar de los esfuerzos de seguridad, ha intensificado sus acciones violentas contra la infraestructura estatal y empresarial.
La Policía del Huila anunció un incremento de la presencia de la Fuerza Pública alrededor de las sedes bancarias de la región, buscando con ello disuadir futuros ataques que, sin duda, afectan a la comunidad.
Pronunciamiento del Banco Agrario: rechazo a la violencia
El presidente del Banco Agrario, Hernando Chica Zuccardi, emitió un comunicado condenando enérgicamente el atentado contra la sucursal de Gigante.
En sus declaraciones, Zuccardi subrayó que «rechazamos estos actos terroristas porque, como lo hemos dicho en anteriores oportunidades, la más perjudicada es la comunidad». También reafirmó el compromiso de la entidad con sus clientes, asegurando que trabajarán con rapidez para reestablecer la atención en esta sede afectada.
Este no es un incidente aislado para el Banco Agrario, que hace apenas unas semanas fue víctima de otro atentado similar en una de sus sucursales en el departamento del Cauca. Si bien en esa ocasión tampoco hubo heridos, el ataque generó graves daños en la infraestructura, obligando a suspender los servicios temporalmente, situación que parece replicarse en Gigante.
¿Un mensaje a las entidades financieras del Estado?
Este ataque, además de representar una amenaza directa a la infraestructura del Banco Agrario, parece enviar un mensaje claro de las disidencias de las FARC a las instituciones del Estado. La violencia dirigida hacia el sistema financiero estatal podría interpretarse como un intento de las organizaciones armadas ilegales de socavar la presencia institucional en zonas que consideran bajo su control.
Por el momento, las autoridades trabajan intensamente para dar con los responsables y evitar que actos como este se repitan.
Mientras tanto, la comunidad y los clientes del Banco Agrario en Gigante esperan con ansiedad la reanudación del servicio, esperando también que este tipo de hechos no se conviertan en parte del día a día.