El congresista Alejandro Toro Ramírez ofreció disculpas públicas tras retractarse de las afirmaciones calumniosas que hizo en contra del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.
El hecho se originó el 22 de septiembre de 2024, cuando Toro Ramírez publicó en sus redes sociales que el helicóptero de la Alcaldía de Medellín había sobrevolado la residencia del exalcalde Daniel Quintero, acusando al actual mandatario de Medellín de intimidación, abuso de poder y fascismo. Toro señaló este sobrevuelo como un acto de “persecución” en contra de Quintero y su familia.
Ante estas acusaciones, el alcalde Gutiérrez presentó una denuncia formal por calumnia agravada ante la Corte Suprema de Justicia, argumentando que las declaraciones del congresista dañaban su buen nombre y su gestión al frente de la Alcaldía de Medellín. Las afirmaciones fueron rápidamente desmentidas por el general William René Salamanca, director de la Policía Nacional, quien explicó que los vuelos del helicóptero en cuestión eran parte de un plan de vigilancia rutinaria que no tenía relación alguna con el exalcalde Quintero o su familia. Salamanca aclaró que el piloto del helicóptero no tenía conocimiento de la ubicación de la residencia de Quintero, y subrayó que el objetivo del vuelo era la supervisión general de la seguridad en la ciudad.
En respuesta a la investigación judicial iniciada por la denuncia del alcalde Gutiérrez, Alejandro Toro se presentó a una audiencia el viernes, donde se retractó de sus declaraciones. El congresista también utilizó su cuenta de X (anteriormente conocida como Twitter) para emitir una disculpa pública en la que aclaró: “Aclaro a la opinión pública que el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, no intimidó con helicópteros a Daniel Quintero y su familia, no me consta que realizó acciones fascistas ni de abuso de poder, ni de persecución con el referido helicóptero. Ofrezco excusas a Federico Gutiérrez por esos señalamientos.”
Además, Toro reconoció que las aclaraciones del general Salamanca desvirtuaban cualquier tipo de irregularidad en el sobrevuelo. El plan de vuelo, según se confirmó, obedecía a actividades rutinarias de vigilancia realizadas por la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, en el marco de las labores habituales de seguridad de la ciudad de Medellín.
Este incidente cierra una controversia que había generado tensión en el ámbito político local, dejando en claro que no hubo actos de intimidación o persecución contra Daniel Quintero o su familia. Con la retractación de Toro y las explicaciones por parte de la Policía Nacional, se confirma que las acciones de la administración de Gutiérrez estaban enmarcadas dentro de sus funciones regulares de protección y seguridad de la ciudad.
