Rusia lanzó más de 120 drones y misiles balísticos contra varias regiones ucranianas.
El bombardeo afectó instalaciones energéticas y portuarias en Odesa y golpeó zonas residenciales en Járkov, donde murieron tres personas.
Un nuevo ataque masivo ruso contra Ucrania dejó al menos tres civiles muertos y diez heridos en la región de Járkov, además de cuantiosos daños en infraestructuras críticas en Odesa y Cherníguiv. Según la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia lanzó durante la madrugada 128 drones y dos misiles balísticos Iskander-M, de los cuales 32 lograron impactar en 17 localidades distintas, pese a la acción de las defensas antiaéreas.
El ataque comenzó en la noche del domingo y se prolongó hasta la madrugada del lunes, afectando principalmente las regiones de Járkov, Odesa y Cherníguiv. En Balaklia, Járkov, los misiles cayeron cerca de edificios residenciales, provocando la muerte de tres personas y heridas a otras diez, entre ellas tres niños que fueron hospitalizados en estado delicado. Las labores de rescate continúan en medio de escombros y estructuras colapsadas.
En el sur, la región de Odesa sufrió daños severos en infraestructuras energéticas y portuarias. El gobernador Oleg Kiper confirmó que varios barcos civiles resultaron afectados en uno de los puertos del mar Negro, mientras que explosiones dejaron sin electricidad a varias localidades. “Pese al trabajo efectivo de las defensas antiaéreas, se han registrado consecuencias para infraestructuras energéticas y portuarias”, señaló Kiper en un comunicado.
Además, en Cherníguiv, Rusia atacó dos instalaciones del sector energético y una gasolinera, generando incendios y cortes de luz en varias poblaciones. Las autoridades locales advirtieron que la situación podría empeorar si continúan los bombardeos, que ya han destruido parte de la capacidad de generación eléctrica no nuclear del país.
Este ataque se suma a una escalada de agresiones rusas que, según Kiev, busca “causar el máximo daño a la población y a la infraestructura civil”. El presidente Volodímir Zelenski reiteró el llamado a sus aliados para acelerar el envío de sistemas antiaéreos y sanciones más duras contra Moscú. “Cada día que pasa sin refuerzo de defensas aéreas significa más vidas perdidas y más destrucción”, afirmó el mandatario en redes sociales.
La ofensiva rusa también dejó sin electricidad a cerca de 500.000 personas en Donetsk, según autoridades prorrusas, tras ataques con drones contra redes eléctricas. Mientras tanto, la Unión Europea evalúa liberar activos rusos congelados para financiar la reconstrucción y el suministro energético en Ucrania, una medida que enfrenta resistencia en algunos países por sus implicaciones legales.
Con este nuevo bombardeo, la guerra entra en una fase crítica marcada por ataques sistemáticos contra infraestructura civil y energética, lo que incrementa el riesgo humanitario en vísperas del invierno.





