En los últimos días, España vive una situación de emergencia debido a una serie de incendios forestales que han afectado distintas regiones del país, generando desplazamientos masivos, daños a la biodiversidad y poniendo en riesgo la vida de numerosas personas.
Las comunidades más afectadas en estas últimas semanas son Castilla y León, Galicia, Andalucía y Castilla-La Mancha. Los incendios, algunos de ellos de gran intensidad, han quemado miles de hectáreas de masas forestales en diferentes provincias. La provincia de Zamora, en Castilla y León, reporta uno de los focos más preocupantes con un avance incontrolable del fuego debido a las altas temperaturas, fuertes vientos y sequías prolongadas, condiciones que favorecen la rápida expansión del incendio.
Se ha reportado que ya son más de 157.000 hectáreas las que se han visto afectadas por el fuego.
Al momento se tienen 19 grandes incendios reportados, según el ministerio del Interior y se han evacuado 23.600 personas, la cifra registra que en la última semana han sido 38 los incendios que se han reportado.
Un incendio que se reporta en la provincia de Molezuelas de la Carballeda, entre Zamora y León, se ha convertido en el más extenso de la historia reciente del país, con más de 40.000 hectáreas quemadas y dos vidas perdidas, este fuego arde desde el pasado 10 de agosto.
Se han afectado comunidades enteras, pequeños poblados han sido arrasados, bosques, cultivos y vida silvestre además el sistema ferroviario ha debido cancelar muchos itinerarios por vías afectadas por el fuego.
Se ha determinado que muchas de las conflagraciones han sido producidas por pirómanos, sin embargo, hay otras causas:
- Incendios intencionados: motivados por actividades agrícolas, ganaderas o por actos de vandalismo.
- Negligencias: uso indebido de maquinaria, fogatas mal apagadas, residuos tóxicos o quema de basura.
- Factores naturales: períodos de sequía prolongada, relámpagos o altas temperaturas que aumentan la probabilidad de que un incendio se inicie y se propague rápidamente.
Hay graves impactos ambientales y económicos, la destrucción de masas forestales tiene consecuencias directas en la biodiversidad, afectando especies animales y vegetales. Además, contribuye al proceso de desertificación y pérdida de suelos fértiles. El impacto económico también es significativo, ya que implica gastos en extinción, reconstrucción y recuperación del área afectada, además de la pérdida de recursos renovables como la madera y productos agrícolas.
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