Tras el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre su próxima visita oficial a la República Popular China, varios analistas advirtieron sobre los eventuales riesgos económicos que podrían derivarse del fortalecimiento de los vínculos diplomáticos y comerciales con el régimen de Xi Jinping, en el contexto actual de tensiones entre Washington y Pekín.
La declaración del mandatario colombiano se produjo durante una alocución pública el pasado 21 de abril, donde informó que el viaje a Asia se dará no solo en calidad de jefe de Estado, sino también como presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
“Nos alistamos a un viaje a China. Voy como presidente de la Celac, Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe. Ahora soy dos veces Presidente, presidente de Colombia y Presidente de Latinoamérica y el Caribe”, expresó el mandatario de los colombianos.
De acuerdo con lo informado, la agenda del encuentro con su homólogo Xi Jinping girará principalmente en torno a temas de tratados comerciales, con miras a ampliar la cooperación entre China, Colombia y los países de la Celac.
Ante este anuncio, Juan Espinal, representante a la Cámara por Antioquia del partido Centro Democrático, recordó que más del 35% de las exportaciones totales de Colombia tienen como destino Estados Unidos, lo que, a su juicio, obliga al Gobierno Nacional a actuar con precaución. Espinal enfatizó que, si bien es habitual que mandatarios latinoamericanos mantengan relaciones bilaterales con China, existe un riesgo al tomar partido en medio de una guerra comercial entre dos potencias globales. “Eso es lo que enviamos a los Estados Unidos”, advirtió.
Por su parte, el economista y docente universitario Michael Ortegón indicó que cualquier desbalance en la política exterior podría traducirse en consecuencias no solo comerciales, sino también en el ámbito estratégico.
“Un acercamiento excesivo a China podría generar tensiones con Estados Unidos, un actor clave en la estructura económica global. Las consecuencias de no balancear adecuadamente esta relación podrían incluir represalias comerciales y una reconfiguración de alianzas estratégicas”, afirmó.
El internacionalista Juan Nicolás Garzón, docente de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de La Sabana, se refirió al propósito de fondo de la visita, el cual, según su análisis, iría más allá de los tratados comerciales. “El Gobierno de Colombia buscaría estimular las posibilidades de inversión por parte de China”, explicó, aunque también advirtió que el contexto internacional obliga a evaluar cuidadosamente cada gesto político.
Garzón sostuvo que, dadas las características personalistas tanto del presidente Petro como del expresidente Donald Trump, cualquier movimiento diplomático podría ser interpretado como un mensaje directo, lo que aumentaría las probabilidades de una reacción inmediata.
Michael Ortegón complementó que el análisis de las cifras macroeconómicas regionales también será determinante en la gestión de este nuevo escenario bilateral.
Con un Producto Interno Bruto (PIB) de 418.542 millones de dólares en Colombia y un PIB combinado de la Celac superior a los 6 billones de dólares, el economista señaló que este contraste podría representar una oportunidad para fomentar el consumo y la inversión, pero también implica responsabilidades estratégicas que deben manejarse con precaución.
Hasta el momento, no se ha precisado la fecha exacta del viaje del presidente Petro a Pekín, ni los detalles concretos de la delegación que lo acompañará. Sin embargo, la expectativa sobre los posibles efectos económicos y diplomáticos del encuentro continúa generando debate en distintos sectores políticos y académicos del país
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