jueves, marzo 13, 2025
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(ANÁLISIS) Colombia camino a la descertificación en la lucha contra las drogas

Colombia enfrenta un panorama alarmante en su lucha contra el narcotráfico, con cifras crecientes de cultivos ilícitos y una falta de resultados contundentes contra los grupos narcoterroristas. Según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el país ya supera las 270.000 hectáreas de cultivos de coca, lo que representa un aumento significativo en los últimos tres años.

Este escenario ha llevado a que Estados Unidos evalúe la posibilidad de descertificar a Colombia en materia de lucha antidrogas, una medida que no se ha tomado en más de 25 años y que tendría graves consecuencias para la cooperación bilateral y la economía nacional. De concretarse la descertificación, el país perdería millonarios recursos en ayudas internacionales, acceso a financiamiento multilateral y su reputación quedaría gravemente afectada.

La Paz Total ¿una estrategia fallida que fortalece al narcotráfico?

Uno de los factores clave que han deteriorado la lucha contra las drogas en Colombia es la política de «Paz Total» impulsada por el gobierno de Gustavo Petro. Bajo esta estrategia, grupos como las disidencias de las FARC y el ELN han aprovechado la negociación para expandir su control territorial y fortalecer su producción de cocaína. En lugar de desmovilización o reducción de la violencia, la «Paz Total» ha facilitado la reorganización y crecimiento de estas estructuras criminales.

Los informes de inteligencia han señalado que, en varios departamentos como Nariño, Cauca y Putumayo, los grupos armados han aumentado su producción de drogas, mientras que en zonas como el Catatumbo, donde opera el Cartel de los Soles con apoyo de elementos del régimen venezolano, la falta de control estatal ha permitido el tránsito fluido del narcotráfico.

Muestra de ello, es la situación que vive esta zona en donde el ELN es quien tiene el control con el apoyo de miembros del régimen venezolano y la oscura relación Petro-Maduro que ha llevado, al presidente colombiano, a amenazar al país con llamar a Nicolás Maduro para controlar el Catatumbo, en caso de que sean derrotados los decretos de Conmoción Interior.

Otro punto crítico es que la Fuerza Pública ha recibido la orden presidencial de no atacar estos grupos ilegales en el marco de los diálogos de la Paz Total, lo que ha debilitado la interdicción de rutas de narcotráfico y ha impedido la destrucción de laboratorios de procesamiento de droga. Por orden presidencial, cualquier acción contra estos grupos puede interpretarse como un atentado contra el proceso de paz, lo que ha reducido drásticamente la efectividad de la estrategia antidrogas en beneficio del narcotráfico.

Colombia y Venezuela, una frontera sin control para el narcotráfico

La permisividad del gobierno colombiano con el régimen de Nicolás Maduro ha convertido la frontera colombo-venezolana en una de las rutas más activas para el tráfico de drogas. El Cartel de los Soles, conformado por altos mandos militares venezolanos, opera con total impunidad en esta zona, facilitando el paso de cargamentos de cocaína desde Colombia hacia el exterior.

En la memoria de los colombianos están los ejercicios militares venezolanos encabezados por Diosdado Cabello en la frontera con el Catatumbo justo en medio de la ofensiva del ELN. Diosdado, ha sido vinculado como uno de los miembros del Cartel de los Soles por parte de los Estados Unidos.

El Catatumbo, una de las regiones con mayor presencia de cultivos de coca, es un claro ejemplo de la falta de control. A pesar de los constantes reportes de inteligencia sobre la expansión del narcotráfico en esta área, no hay operativos contundentes para erradicar los cultivos ni detener las redes de distribución. El presidente Petro, desde sus primeros días como Presidente, en esta zona, planteó el no perseguir a los campesinos cultivadores de coca.

Además, el debilitamiento de la lucha antidrogas en Colombia ha permitido la entrada de nuevos actores internacionales al negocio del narcotráfico. Carteles de Europa del Este, África, Italia y México; han incrementado su presencia en el país, estableciendo alianzas con grupos locales como el Clan del Golfo, ahora autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), como lo han revelado fuentes de inteligencia militar.

El gobierno Petro y la normalización de la coca

Mientras el narcotráfico crece en el país, el presidente Gustavo Petro ha adoptado una postura controversial sobre la lucha antidrogas. En lugar de fortalecer las estrategias de erradicación y combate al narcotráfico, ha promovido la legalización de la hoja de coca a nivel internacional, enviando a su canciller Laura Sarabia ante la ONU; además de argumentar, en reiteradas ocasiones, que la cocaína es menos dañina que el whisky y hacer apelaciones a la normalización de las drogas.

A nivel doméstico, no se persigue a los cultivadores de coca ni se implementa un plan real de sustitución de cultivos. Aunque el gobierno ha anunciado proyectos para sustituir la siembra de coca por cultivos legales, la falta de implementación y financiamiento ha generado escepticismo entre los expertos. Hasta en el Congreso, hay miembros del Pacto Histórico que defienden abiertamente el uso de las drogas ilícitas.

Colombia parece estar haciendo todo lo contrario a lo que se requiere para evitar la descertificación por parte de Estados Unidos. No solo las cifras y los datos juegan en su contra, sino también la actitud política del gobierno, que ha debilitado la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico.

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Consecuencias de una descertificación para Colombia

Si Colombia es descertificada en septiembre u octubre de este año, enfrentará graves repercusiones en diferentes frentes:

1. Pérdida de cooperación internacional: Estados Unidos podría suspender o reducir significativamente la ayuda económica que destina al país para la lucha antidrogas, programas sociales y proyectos de seguridad.

2. Bloqueo de financiamiento multilateral: La descertificación afectaría el acceso a créditos y financiamiento de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, lo que impactaría el desarrollo e infraestructura del país.

3. Caída en la inversión extranjera: Ser considerado un país sin control sobre el narcotráfico haría que inversionistas internacionales evitaran Colombia, generando mayor incertidumbre económica y menos oportunidades de empleo.

4. Aumento del aislamiento diplomático: Colombia podría perder influencia en foros internacionales y deteriorar su relación con otros países aliados en la lucha contra el narcotráfico.

Colombia no ha sido descertificada desde 1997, luego del nefasto gobierno de Ernesto Samper, cuya campaña a la Presidencia fue financiada por el narcotráfico del cartel de Cali. De concretarse esta medida, representaría un grave retroceso en la relación con Estados Unidos y la comunidad internacional, a recordar una Colombia de casi 30 años hacia atrás.

Un camino que lleva al aislamiento

La situación actual de Colombia en la lucha contra las drogas es preocupante. Con cifras alarmantes de cultivos ilícitos, grupos narcoterroristas fortalecidos, falta de control en las fronteras y una estrategia de seguridad debilitada, el país está en riesgo de ser considerado un Estado fallido en la lucha contra el narcotráfico.

El ambiente político entre Colombia y Estados Unidos tampoco es el mejor, comenzando por las profundas diferencias ideológicas y las tensiones entre los presidentes Gustavo Petro y Donald Trump, lo que hace que se reduzca el margen de flexibilidad y tolerancia de Estados Unidos con Colombia; lo que lleva a creer que la descertificación será inminente.

El gobierno de Gustavo Petro ha optado por una política que no solo no combate el problema, sino que lo agrava. En lugar de atacar la producción de coca, se centra en cambiar el discurso sobre la droga a nivel internacional, mientras que a nivel nacional se deja crecer la industria del narcotráfico sin un plan efectivo para combatirlo.

La descertificación por parte de Estados Unidos sería una señal de advertencia para Colombia, una consecuencia de políticas erradas que han llevado a una crisis sin precedentes en la lucha contra las drogas. En lugar de avanzar en el control del narcotráfico, el país está retrocediendo, y si no hay un cambio inmediato en la estrategia, Colombia quedará aún más aislada y debilitada en el escenario internacional.

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