Álex Saab, empresario colombiano, ha desempeñado un papel clave en la estructura de poder del gobierno de Nicolás Maduro. Saab, quien actualmente ocupa el cargo de ministro de Industria en Venezuela, ha sido señalado como un actor central en el manejo de las políticas económicas del régimen.
Bajo la Ley Anti Bloqueo, que le otorga amplios poderes para actuar con opacidad, Saab, es considerado por algunos analistas como un elemento crucial para la supervivencia del régimen.
Según el exprocurador venezolano José Ignacio Hernández, Saab ha sido descrito como “el cerebro” de la cleptocracia que caracteriza al gobierno de Maduro.
Su rol incluye la gestión de recursos y estrategias para evadir sanciones internacionales, lo que ha permitido al gobierno de Maduro mantenerse pese a las presiones externas.
Recientemente, Saab fue designado presidente del Centro de Inversión Productiva de Venezuela, y posteriormente ascendido a ministro de Industria. En estos cargos, ha liderado esfuerzos para atraer inversión y fortalecer la economía venezolana en un contexto de sanciones.
Maduro destacó su confianza en Saab al anunciar su nombramiento y describirlo como un elemento clave para la atracción de inversiones y la reactivación económica.
El exprocurador Hernández afirma que Saab representa el capitalismo clientelar que domina la economía venezolana. Este modelo, según Hernández, no se basa en principios de mercado, sino en la concentración de poder y recursos en manos del gobierno y sus aliados.
Un ejemplo reciente de esta dinámica es el caso de Monómeros, una empresa bajo supervisión especial de la Superintendencia de Sociedades en Colombia, tras denuncias de opacidad en su gestión.
La Ley Anti Bloqueo, promulgada por el gobierno de Maduro, permite tomar decisiones económicas de manera discrecional, lo que ha generado críticas por la falta de transparencia. Hernández advierte que esta situación podría aumentar los riesgos de corrupción y dificultar la estabilidad económica a largo plazo.
Por otro lado, el régimen ha utilizado la figura de Saab como un símbolo de resistencia ante las sanciones internacionales. Su liberación, tras un operativo diplomático liderado por el gobierno de Maduro, fue considerada un triunfo político y un mensaje de desafío frente a Estados Unidos.
Hernández también señala que la permanencia de Maduro en el poder está relacionada con su capacidad para adaptarse a las sanciones y fortalecer alianzas internas mediante la distribución clientelar de recursos. Este modelo se sostiene también por la desorganización de la oposición venezolana, que solo recientemente ha mostrado signos de mayor coherencia bajo el liderazgo de María Corina Machado.
A pesar de estas estrategias, Hernández advierte que la falta de un plan claro para una transición política y económica en Venezuela genera incertidumbre. La ausencia de una estrategia creíble de justicia transicional, que incluya medidas para garantizar seguridad a las élites económicas y políticas, sigue siendo uno de los principales obstáculos para un cambio en el país.