Colombia enfrenta una grave emergencia debido a las fuertes lluvias que azotan varias regiones del país, dejando miles de damnificados y comunidades desbordadas por el desastre.
Las precipitaciones, intensificadas por el coletazo del huracán Rafael, han golpeado especialmente a La Guajira, donde se reportan al menos 10,000 personas afectadas, además de ciudades como Riohacha, Santa Marta, Quibdó y Bogotá, entre otras localidades de por lo menos 10 departamentos del pais que también sufren inundaciones y deslizamientos.
La situación en La Guajira es crítica. Comunidades en la alta Guajira claman por ayuda urgente, con necesidades apremiantes de alimentos, agua potable y atención médica. Según las autoridades locales, al menos 3,000 familias en esta región no han recibido ninguna atención por parte del Gobierno Nacional, mientras que otros departamentos como el Chocó reportan alrededor de 15,000 personas afectadas por el desbordamiento del río San Juan, situación que se replica en otras áreas del país.
Unidades municipales y departamentales a la deriva
Las alcaldías y gobernaciones de las zonas afectadas están haciendo esfuerzos para asistir a los damnificados, pero sus recursos son limitados. La ausencia de apoyo del Gobierno Nacional, encabezado por Gustavo Petro, ha dejado a estos municipios y departamentos enfrentando solos una emergencia de grandes proporciones, sin los recursos necesarios para dar una respuesta efectiva.
Carlos Carrillo, en un pronunciamiento público, señaló la falta de recursos en la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), la entidad encargada de coordinar la respuesta ante emergencias de esta magnitud. Carrillo advirtió que la situación se agrava aún más por el histórico mal manejo de fondos en esta unidad, salpicada por denuncias de corrupción, como el escándalo de los contratos de carros tanques y los dineros que, presuntamente, fueron utilizados para financiar favores políticos en el Congreso.
Carrillo informó que ha solicitado al Ministerio de Hacienda una adición presupuestal urgente para la UNGRD. Sin embargo, el escepticismo es alto, ya que la unidad sigue cargando con el peso de escándalos de corrupción no resueltos y se enfrenta a un evidente desfinanciamiento en medio de una emergencia climática que podría empeorar.
Escenarios que se complican: lluvias apenas comienzan
La situación en el país es alarmante, especialmente porque los pronósticos meteorológicos advierten que las lluvias se intensificarán en las próximas semanas. Esto significa un riesgo inminente de que se agraven las inundaciones, deslizamientos y el número de damnificados en todo el territorio nacional.
Mientras la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres parece paralizada por la falta de recursos y escándalos internos, el Gobierno Nacional no ha ofrecido soluciones concretas. Esto deja a Colombia en un estado de vulnerabilidad ante la temporada de lluvias, donde miles de colombianos están viendo sus viviendas y medios de vida amenazados sin el respaldo de un sistema de respuesta efectivo y sin la certeza de cuándo recibirán la ayuda que tanto necesitan.
En momentos de crisis como este, las acciones inmediatas y efectivas son esenciales. Sin embargo, la realidad actual refleja una gestión marcada por la falta de coordinación y transparencia, dejando a los ciudadanos a merced de las condiciones climáticas y con pocas garantías de una pronta solución.