Las vacaciones suelen estar asociadas al descanso y al cambio de rutina, pero también pueden traer consigo situaciones de salud que requieren atención inmediata.
Insolaciones, quemaduras por el sol, intoxicaciones alimentarias, picaduras de insectos o lesiones leves hacen parte de los incidentes más frecuentes durante los viajes, especialmente en destinos con climas cálidos, alta humedad o actividades al aire libre.
Una de las situaciones más comunes es la exposición prolongada al sol. La insolación y las quemaduras solares pueden presentarse tras varias horas sin protección adecuada. En estos casos, se recomienda suspender la exposición, buscar sombra, hidratarse de forma progresiva y enfriar la piel con compresas frías. Cuando aparecen ampollas, fiebre o malestar general persistente, es necesario consultar a un profesional de la salud.
Las picaduras de insectos también son habituales en zonas rurales, selváticas o costeras. Mosquitos, abejas y avispas generan reacciones locales como enrojecimiento, picazón o inflamación.
La limpieza de la zona con agua y jabón, junto con la aplicación de cremas antihistamínicas o de corticoides, suele ser suficiente. Sin embargo, síntomas como dificultad para respirar, hinchazón en rostro o garganta, mareo o desmayo requieren atención médica inmediata por posible reacción alérgica.
Durante actividades recreativas o deportivas pueden presentarse cortes, heridas o caídas. Las lesiones leves deben lavarse, desinfectarse y cubrirse con apósitos limpios. En heridas profundas, sangrados abundantes, fracturas o golpes en la cabeza, la indicación es inmovilizar, controlar el sangrado y acudir a un centro médico. Los esguinces y torceduras se manejan inicialmente con reposo, aplicación de frío y elevación de la extremidad afectada.
Las intoxicaciones alimentarias siguen siendo una de las principales causas de consulta médica en vacaciones. Náuseas, vómito, diarrea y dolor abdominal suelen aparecer tras el consumo de alimentos o agua contaminados. En cuadros leves, la hidratación con líquidos claros y suero oral es clave. La presencia de fiebre alta, sangre en las deposiciones, deshidratación o dolor intenso obliga a buscar atención médica.
El consumo excesivo de alcohol, frecuente en temporadas festivas de fin de año, puede derivar en malestar general o ‘guayabo’. La hidratación, el descanso y una alimentación ligera son las principales medidas. La automedicación no es recomendada, especialmente con antibióticos, sueros u otros fármacos sin prescripción.
Especialistas insisten en la importancia de la prevención como al lavarse las manos con frecuencia, consumir alimentos de lugares confiables, usar protector solar y repelente de insectos, mantener una hidratación constante y contar con el esquema de vacunación al día reduce el riesgo de enfermedades.
También se recomienda llevar un botiquín básico que incluya analgésicos, antihistamínicos, antidiarreicos, material de curación, antisépticos y medicamentos de uso personal.
Finalmente, ante síntomas persistentes o signos de alarma como dificultad respiratoria, fiebre prolongada, sangrado o deshidratación, se debe acudir oportunamente a servicios de salud, tanto durante el viaje como al regreso, para descartar complicaciones y asegurar una adecuada recuperación.





