A través de su cuenta en la red social X, el presidente Gustavo Petro le solicitó al Congreso de la República, legalizar la marihuana, esto en el contexto de la captura en Cartagena de Namoussir Mounir, un enlace clave entre carteles colombianos, mexicanos y de los Balcanes.
Petro volvió a poner sobre la mesa la dimensión transnacional del narcotráfico. Sin embargo, en lugar de abordar el problema desde la realidad que enfrenta Colombia, el presidente aprovechó el hecho para reiterar su discurso contra la prohibición de las drogas y su propuesta de regular ciertos cultivos.
Al respecto, hay que recordar que el mandatario ha reiterado en las últimas semanas, el mensaje de que el whisky sería igual de malo a algunas drogas como la cocaína, pero estas serían ilegales porque las produce Colombia.
A través del trino, Petro afirmó que hoy existen carteles “más poderosos que en la época de Pablo Escobar” y señaló que este empoderamiento de las organizaciones criminales es consecuencia del fracaso de la prohibición.
Desde su llegada al poder, el presidente ha abogado por una política de drogas más flexible, argumentando que la prohibición solo ha generado violencia. No obstante, en la práctica, su enfoque ha sido interpretado por muchos sectores como una permisividad que ha debilitado la lucha contra el narcotráfico.
Mientras Petro insiste en que la solución está en regular ciertos cultivos y fomentar usos alternativos de la hoja de coca, las cifras indican un crecimiento de los cultivos ilícitos y una expansión de las redes del crimen organizado.
