Por Diego Arango Osorio
Bogotá. Una ciudad atrasada en su infraestructura vial. Desde hace unas dos décadas no se desarrollan vías. Donde circulan cerca de 2’400.000 vehículos. De estos, el 50% son automóviles, el 20% motocicletas y el 14%, camionetas. Solo un 5% corresponde a transporte de servicio público y un 2%, a taxis amarillos.
Sumando a lo anterior, un promedio de un millón de bicicletas y el crecimiento exponencial de las patinetas eléctricas y si se agrega la deficiencia de transporte público y el pésimo estado de la malla vial, se concluye que la ciudad está al borde de un colapso vial. La solución de las administraciones capitalinas ha sido Pico y Placa, la restricción a los vehículos particulares y públicos, recientemente extendiéndolo a las motos, es como el viejo aforismo, “vendo el sofá porque mi mujer me engaña”.
La solución para el desembotellamiento, son vías de segundo piso, como en las grandes ciudades. Estas se hacen por medio de asociaciones público privadas APP, inversiones que no afectan el presupuesto de la ciudad. Esta iniciativa dotaría a la ciudad de una malla vial aérea, permitiendo el desplazamiento vehicular de manera más rápida. Evitarían los trancones y muchos otros peligros de accidentes y muerte de peatones entre otros.
El gobierno nacional y la Agencia Nacional de Infraestructura tienen un proyecto adelantado para colocar una autopista de segundo nivel entre el barrio Venecia de Bogotá y Soacha, para descongestionar la autopista sur. El alcalde Petro en su mandato capitalino se opuso a este proyecto por considerar que es un beneficio a quienes van de turismo a Melgar o Girardot. ¡Que ignorancia y atraso! El alcalde hoy presidente es retardatario, se ubica en la época de la colonia. ¡Cómo se le ocurre decir semejante barbaridad!, si quienes más se beneficiarían serían aquellos que viven en esos sectores, porque se descongestionaría la autopista sur, permitiendo a los habitantes de Bosa, San Mateo y otros más, debido a que aliviarían el acceso a sus barrios.
La gente del Distrito alega que las autopistas de segundo nivel dañarían el paisaje urbano, como si no tuvieran ojos para ver el estado de deterioro de la ciudad, la mugre, los huecos, los andenes, las fachadas, los puentes, las zonas verdes, las paredes, la indigencia y bueno, miles de cosas más que tienen acabada a la ciudad.
Pero volviendo a estos proyectos, sería interesante que se realizaran, no solamente hasta Soacha, se debería conectar una gran autopista aérea como hicieron en el CDMX en Mexico. Una autopista que atraviese todo Bogotá, es decir, desde Soacha hasta La Caro, cruzada por dos vías aéreas más hacia el occidente, una por la 26 que sirva al aeropuerto y continúe hasta Funza y otra por la 80 hasta Siberia. Es hora de ponerle pecho al progreso porque de no hacerlo, tendremos gravísimos problemas en los próximos 10 años, que pondrán en peligro de colapsar a la ciudad.
Las grandes metrópolis del mundo están optando por soluciones de este tipo, avanzadas, audaces y futuristas, es hora que Bogotá en esta nueva administración que ingrese en 2024 tenga la conciencia de hacerlo.
