El norte de Bogotá vivió una jornada caótica este viernes, 22 de noviembre, cuando un torrencial aguacero sorprendió a sus habitantes al mediodía. Lo que comenzó como un cielo nublado rápidamente se transformó en una fuerte tormenta que dejó a la capital sumida en calles inundadas, trancones y escasa visibilidad.
El aguacero coincidió con la hora en que muchos trabajadores salen a almorzar, obligándolos a buscar refugio en medio de las precipitaciones que, además de incomodar a los peatones, afectaron severamente la movilidad en la ciudad.
Las imágenes compartidas por ciudadanos mostraron avenidas completamente congestionadas, vehículos atrapados en el agua y un panorama desalentador para los bogotanos que intentaban seguir con sus actividades diarias.
De un sol radiante al regreso del invierno
Max Henríquez Daza, reconocido meteorólogo, había alertado en su cuenta de X sobre el retorno de la temporada de lluvias en todo el país.
“Llueve en todas las regiones colombianas. Tal vez la única que está quedada en lluvias es el suroccidente, donde, aunque han caído ya algunas precipitaciones, falta que se generalicen”, escribió Henríquez, anticipando un panorama invernal para las próximas semanas.
Movilidad al borde del colapso
Los trancones se convirtieron en el principal dolor de cabeza para los ciudadanos. Varios puntos críticos de la ciudad, especialmente en las avenidas principales del norte, registraron demoras que superaron las dos horas.
Las autoridades de tránsito recomendaron a los conductores tomar rutas alternas y a los peatones extremar precauciones ante la posibilidad de nuevos episodios de lluvias intensas.
La caótica imagen que dejó el aguacero de hoy es un recordatorio de que Bogotá continúa en una constante crisis ante eventos climáticos extremos. Con la temporada de lluvias en su auge, se espera que la ciudad enfrente más desafíos en términos de movilidad, infraestructura y adaptación al clima.