Por: María Cristina Isaza especial
En la primera parte de este estudio vimos la injerencia de Open Society en Colombia por medio de la financiación a entidades como: Fundación Ideas para la Paz (Sergio Jaramillo), Dejusticia (de Rodrigo Uprinmy), ONIC (Organizaciones Indígenas de Colombia), a fundaciones con participación de León Valencia (Corporación Nuevo Arcoíris, Fundación Paz y Reconciliación y Las Dos Orillas), entre otras.
Quise seguir indagando acerca de que otras entidades patrocina la OSF en Colombia y encontré lo inmiscuida que está en medios de comunicación con un claro direccionamiento a personas jóvenes, y al leer las publicaciones encuentro que la financiación a estado direccionada para lograr los siguientes objetivos:
- Cambiar la historia
- Blanquear las guerrillas
- Legitimar narcoterrorismo como una lucha social
- Cambiar la narrativa hacia las drogas
- Promover estados de opinión
- Impunidad a crímenes de lesa humanidad
- No fumigar cultivos ilícitos
- Cambiar la cultura, desestabilizar sociedades
- Influenciar en elecciones
- Desestabilizar el gobierno elegido en democracia, poner en jaque la institucionalidad
- Generar caos
- Fomentar la división de la sociedad
- Quitar facultades a Fuerza Pública
- Generar mayor dependencia de un Estado de Bienestar
- Promover antivalores
- Incentivar agendas políticas de izquierda, “progresistas”
- Promover agenda ambiental fundamentalista, tratados como ESCAZÚ
- Aborto libre, sin restricción
Después de tener claro el tipo de agenda que promueven, vamos a mirar un poco sus números. Para hacernos una idea de la cantidad de financiación que reciben estas entidades, según Justice Watch, la Fundación Ideas para la Paz recibió US$200.000 y Las 2 Orillas, Nuevo Arco Iris y Paz y Reconciliación, captaron un total de US$1 millón por medio de su cofundador, León Valencia.
En 2020, nació el fondo PULSANTE, CIUDADANÍA ACTIVA!, cuya función es “ampliar el espacio cívico en Latino América” (con 3 millones de dólares, financiados por Avina, Luminate y Open Society Foundations), es decir, para salir a manifestarse… lo curioso es que vemos que no lo promueven para que lo hagan en países con dictaduras, como Venezuela o Nicaragua, sino para que lo hagan en gobiernos democráticos como los de Chile o Colombia.
Otra ONG muy sonada y con el mismo objetivo de PULSANTE, es TEMBLORES, SIN OLVIDO (porque hay olvido para los terroristas indultados, pero no para el resto) Así, mientras pregonan que no hay olvido, escriben tweets en los que presionan por la implementación de los acuerdos.
Temblores se define como un movimiento social que genere pequeñas revoluciones locales.
Aboga por una reforma policial, que se traduce en dejar a la policía prácticamente inoperante.
Desde TEMBLORES pretenden estigmatizar la policía, al pretender difundir la narrativa de que la violencia policial en Colombia es estructural y sistemática, no casos individuales. Así tienen un informe titulado BOLILLO, DIOS Y PATRIA, con prólogo de María José Pizarro.
Ahora, continúo con el “entramado”: Todas estas entidades y medios de comunicación trabajan conjunta y colaborativamente. Encontramos que se ayudan y cooperan para la publicación de artículos, también una misma persona colabora en varios medios.
Por ejemplo, María Teresa Ronderos, es miembro del consejo rector de la Fundación GABO, es la Directora de CLIP (Centro LATINOAMERICANO de investigación periodística), es columnista en El Espectador y fundadora del portal Verdad Abierta, beneficiario del Programa de Medios y el Programa para América Latina de las Fundaciones para una Sociedad Abierta, este portal aboga abiertamente que “se concentra en el lado paramilitar de la larga guerra civil de Colombia”. En este portal para pedir ayuda económica, usan el #NosEstanMasacrando
Mientras tanto en la Fundación GABO en alianza con Open Society Foundations tienen un fondo para investigaciones y nuevas narrativas sobre drogas, en el que se especifica “vale aclarar que no se apoyan propuestas periodísticas basadas en narrativas tradicionales sobre drogas , es decir, coberturas enfocadas, por ejemplo, en historiografía criminal, perfiles de traficantes, pistas de aterrizaje, reportería judicial y en general trabajos que reproduzcan estereotipos y lugares comunes sobre el tema”. Es decir, CANCELAN trabajos periodísticos que develen el negocio del narcotráfico y el drama del adicto, diciendo directamente que solo les sirve un lado de la historia, el otro lado, lo vetan.
Para cerrar esta segunda entrega, mencionaré el medio CEROSETENTA, un medio independiente fundado en el Centro de Estudios de Periodismo (CEPER) de la Universidad de los Andes (desde el 2011) que trabaja en forma colaborativa con otras fundaciones y medios como Temblores y Chicas Poderosas, ambos con apoyo de OSF. Algunos titulares que podemos encontrar en este medio son: Un Especial sobre justicia menstrual, Disparen a los indios: un diario de odio en Cali, Represión y muerte en las calles de Colombia, Uribe en la Comisión de la Verdad: El dictador en la última cena, un grupo criminal llamado policía, y muchos más de similar corte… Les dejo el enlace y algunas imágenes, ustedes, queridos lectores, saquen sus conclusiones, mientras yo trabajo en la tercera entrega.
