Por Andrés Úsuga
El señor ministro de Defensa de Colombia, es un abogado formado en la Universidad de Antioquia en Medellín en los años 70, toda vez que nació en 1955, por lo cual, podemos calcular que egresó de la facultad de derecho entre los años 1975 a 1980 y que 11 años después, en 1991 el señor procurador Carlos Gustavo Arrieta (su última aparición fue como agente especial de Colombia en la Haya, para el caso Colombia vs Nicaragua, por designación de su antigua subalterna María Angela Holguín, entonces Canciller y hoy pareja sentimental de Sergio Fajardo Valderrama) del Partido Liberal Colombiano, como también lo era el Gobierno de ese momento, lo nombró como Procurador Regional de Antioquia, cargo que ocupó hasta 1994, posteriormente en 1996 fue nombrado por poco tiempo como magistrado auxiliar en el Consejo de Estado, del Dr. Ricardo Hoyos Duque, otro egresado de la Universidad de Antioquia y en 1997 el entonces Fiscal General de la Nación Alfonso Gómez Méndez, también del Partido Liberal, del cual había sido Representante a la Cámara por el Tolima en los 80, lo nombra Director de Fiscalía de Medellín hasta 1999.
Luego, nuestro hoy Ministro de Defensa fue nombrado como magistrado auxiliar en la Corte Suprema de Justicia, del Magistrado Álvaro Orlando Pérez, el mismo que tiene un hijo al que descubrieron vendiendo fallos con poderes falsos en el año 2000, cargo que ocuparía hasta el año 2012.
Entiendo que no existe formación adicional, ni especialización, ni maestría, ni doctorado por supuesto, en ningún tema en específico, sin embargo, pudo ocupar bastantes cargos en la justicia y en los órganos de control, lo que me permite inferir que algún político o magistrado lo fueron conduciendo en tan avezada carrera y luego llegaría la estrategia de volverse una estrella en el tema de los falsos positivos, lo que luego lo impulsaría para saltar al concierto internacional, con la Comisión contra la corrupción en Guatemala, país del que en ultimas sería expulsado y declarado persona non grata con su mano derecha el Exmagistrado del Tribunal superior de Medellín Rubén Darío Pinilla Cogollo, quien intentó llegar sin éxito a la Corte Suprema de Justicia Sala Penal, a pesar de que su esposa Gloria Stella López Jaramillo, Abogada de la Universidad Autónoma Latinoamericana de Medellín, fuera la presidente del Consejo superior de la Judicatura e incluso fue su presidenta.
Todo lo anterior, para describir que los temas de orden público, seguridad, convivencia ciudadana y mucho menos los temas de defensa nacional, defensa de los territorios, material y equipos militares, manejo de tropas, personal uniformado, derecho militar y operacional, laboral militar y policial, etc., nunca fueron su fuerte, de hecho desde que lo recuerdo como Procurador en Antioquia, siempre fue un gran crítico de todo el sector castrense y sus declaraciones en los medios de comunicación locales, mostraron con suficiencia la animadversión contra el gremio de los uniformados y un sector de la clase política antioqueña y después a nivel nacional demostró la malquerencia, como lo demuestra esta foto donde los personajes que aparecen allí, todos saltaron al estrellato nacional con el mismo tema: La Parapolítica.
En ese orden de ideas, creo que el señor ministro no ha conseguido entender, que desde el 7 de agosto pasado es el nuevo administrador de la violencia legítima colombiana.
Me explico, desde el propio nacimiento del estado moderno, quedó claro que un grupo de ciudadanos por voluntad propia, en su regla general y excepcionalmente de forma obligatoria, serían entrenados, capacitados y formados para detentar el poder de las armas de la república y se les entregarían varias tareas, a unos defender la población y el territorio asignado y a otros mantener la convivencia pacífica entre los ciudadanos, hacer respetar los derechos consagrados en el ordenamiento jurídico y las garantías que se adquieren, por el simple hecho de ser seres humanos y ciudadanos.
Esa violencia legitima no depende de que un gobierno piense que no lo quiera hacer o que otro lo quiera hacer mejor o peor, esa violencia que tiene varios niveles y obedece a un marco jurídico aún más riguroso, para esos ciudadanos que detentan fusiles o pistolas (la fuerza coercitiva del Estado en su última ratio) que juran defender o atacar cuando sea necesario un territorio extranjero o ciudadanos que violan las normas y agreden injustamente a los otros ciudadanos que creen y cumplen con el contrato social. No voy a tratar el tema de porque las FF MM en Colombia tienen funciones de orden público, ya que, es un tema muy largo y ancho que amerita un texto dedicado solo para este tema.
Los niveles, para una mejor comprensión de los legos en estos temas son: 1- Entrega a las fuerzas del orden, por presión de las mismas y que estas conduzcan al transgresor a las autoridades judiciales. 2- Capturar por la eficiencia en la inteligencia y el desarrollo de las operaciones. 3- La neutralización por los uniformados con las armas republicanas, para extraer al trasgresor de la posibilidad de mantenerse haciendo daño o violando las normas más delicadas. 4- Dar de baja (que no asesinar) en tanto no sean posibles las tres anteriores y ponga en riesgo efectivo los bienes jurídicos de otros ciudadanos e incluso de unos que tengan algún nivel especial de protección como los niños.
El trabajo señor ministro es muy básico, si no lo entiende, su hija que trabaja en la Corte Constitucional podría explicárselo in extenso (acorde a jurisprudencia consolidada por 30 años), entienda que usted administra a los hombres y mujeres que están formados, entrenados y capacitados para ejercer esa violencia en los casos donde lo amerite la situación y usted debe proporcionar que estos tengan los medios facticos y jurídicos que les permitan cumplir con su labor constitucional y apoyarlos políticamente. Ahora bien, si se cree en imposibilidad de hacer su trabajo, por animadversión insuperable con este gremio, de defenderlos y representarlos y lo que quiere es acabarlos desde adentro, lo más honesto y hasta sensato es contárselo al país y ya el pueblo colombiano sabrá a que se atiene…..antes de que usted sea el próximo Fiscal General de la Nación en los primeros meses del año 2024.
