Por Eduardo Mackenzie
El pasado atrapó en sus camas a siete ex terroristas italianos esta mañana.
Siete ex miembros de la banda armada Brigadas Rojas, condenados en Italia por crímenes cometidos en los años 1970 y 1980, fueron detenidos hoy en Francia por pedido de Italia. La policía francesa busca a otros tres individuos.
Desde hace varios años, los jueces italianos habían pedido a Francia la captura y la extradición de cerca de 200 ex terroristas, autores de la muerte de personas inocentes, sin que el poder ejecutivo hexagonal diera una respuesta positiva, salvo quizás en el caso del ex pistolero Cesare Battisti, de la banda Proletarios Armados por el Comunismo, quien huyó de Francia en 2004, pocas horas antes de que los policías llegaran a su domicilio para capturarlo.
La decisión de hacer la redada de hoy fue tomada por el jefe de Estado Emmanuel Macron. El paso siguiente será decidir la extradición de los detenidos.
La agencia AFP informó que la decisión de capturar a esas personas “fue tomada por el presidente [Macron]” y que esa operación está “estrictamente en línea con la ‘doctrina Mitterrand’ de otorgar asilo a ex brigadistas excepto a quienes cometieron crímenes de sangre”. Sin embargo, Cesare Battisti, quien vivió tranquilamente en Francia durante 23 años, había sido pedido en extradición por Italia luego de haber sido condenado a prisión perpetua por el asesinato de cuatro personas y por haber causado heridas a un niño que quedó inválido de por vida. En 2007, Battisti fue arrestado en Brasil pero en 2010 el presidente Luiz Inácio Lula da Silva rechazó la extradición a Italia. Battisti fue capturado por Bolivia en enero de 2019 y extraditado inmediatamente a Italia.
“Francia comprende la absoluta necesidad de justicia para las víctimas”, dijo el presidente Macron al autorizar la captura de los prófugos italianos. El palacio del Eliseo reveló que esas capturas habían sido precedidas de “un importante trabajo preparatorio bilateral, de varios meses”, orientado a obtener la “retención de los [autores de los] delitos más graves”. “El presidente quería zanjar este tema que Italia viene pidiendo desde hace años”, subrayó un vocero presidencial.
“Nadie puede escapar a sus responsabilidades, ni al dolor que ha causado, ni al mal que ha provocado”, declaró Luigi Di Maio, ministro italiano de Relaciones Exteriores, quien saludó, además, la “colaboración de las autoridades francesas” en este asunto. Mario Draghi, presidente del Consejo, también se felicitó por esas detenciones.
En cambio, Irene Terrel, la abogada de cinco de los detenidos, puso el grito en el cielo y denunció una supuesta “traición indecible de Francia”. Informó que entre los detenidos figura Marina Petrella. Esta, condenada a prisión perpetua en Italia por asesinato y secuestro, y refugiada en Francia desde 1993, estuvo a punto de ser extraditada en octubre de 2008. Empero, Nicolas Sarkozy no firmó la orden respectiva, lo que desató nutridas protestas de las víctimas. Miembro de las Brigadas Rojas, Marina Petrella participó en el secuestro y asesinato, en 1978, del ex primer ministro italiano Aldo Moro, líder de la Democracia Cristiana. Fue detenida en 1979 pero obtuvo una libertad condicional la cual aprovechó para escapar y continuar su carrera criminal. En 1982, asesinó a Sebastiano Vinci, un comisario de policía, secuestró al magistrado Giovanni d’Urso y cometió otros atentados y atracos a mano armada, según la sentencia de mayo de 1992, que la condenó a cadena perpetua. El País, de Madrid, explica que “la Corte de casación confirmó al año siguiente la sentencia, pero no ordenó, curiosamente, su inmediato ingreso en prisión”. Eso le permitió huir a Francia.
El ministro francés de Justicia, Eric Dupont-Moretti, dijo que no tenía remordimiento alguno por las capturas de esta mañana y recordó lo que había ocurrido en Italia durante los 11 “años de plomo”: 362 personas habían sido asesinadas por terroristas de extrema izquierda y otras 4 490 personas habían sido heridas, algunas gravemente”. El ministro evocó el caso Battisti quien llegó a admitir que él se había “burlado de los intelectuales franceses que lo apoyaron durante años”.
Macron, por su parte, habló de la “urgente necesidad de construir una Europa de la Justicia, en la que la confianza mutua esté en el centro”.
Que el ejemplo dado por Francia de acceder, aunque sea tardíamente, a las peticiones de los jueces italianos sirva de ejemplo en Colombia. La operación de hoy contra ex terroristas italianos, autores de secuestros y crímenes de sangre, alienta y conforta por fin a las víctimas italianas y demuestra que la verdadera justicia llega, aunque llegue tarde. En Colombia, los principales jefes de las Farc se encuentran en libertad, pese a las condenas pronunciadas contra ellos por numerosos jueces. Algunos de ellos, sin haber sido elegidos, ocupan curules en el Senado y en la Cámara de Representantes en virtud de un acuerdo de paz rechazado por Colombia.
El ejemplo Franco-Italiano de hoy debe invitar a la reflexión y a la acción en Colombia contra la impunidad, sobre todo en materia de narco-terrorismo. El clamor popular en favor de la abolición de la JEP, oficina espuria diseñada por las Farc mismas para fomentar las formas más escandalosas de impunidad, es de gran actualidad y debe ser atendido por el gobierno.
